D E L I R I O

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A D V E R T E N C I A S 

- Alusion a la depresion
-

Descripcion de pensamientos suicidas

- Menciones de violencia 

- Menciones de relaciones sexuales no consensuadas 


Llevaba días metido en cama, después del segundo había pedido la cuenta bien podría tener una semana en la misma posición, hecho un ovillo en su cama, las sabanas antes mullidas ahora le resultaban rasposas al contacto con su piel e incluso comenz...

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Llevaba días metido en cama, después del segundo había pedido la cuenta bien podría tener una semana en la misma posición, hecho un ovillo en su cama, las sabanas antes mullidas ahora le resultaban rasposas al contacto con su piel e incluso comenzaban a oler un poco mal, claro en ese tiempo no se había dado baño alaguno, los pocos movimientos efectuados se limitaban a tomar agua e ir al baño. Su dios, Fumus se había compadecido de él dejándole dos días libres para que las heridas sanaran, cuando Taffy llego a su hogar parecía una muñeca maltrecha, la noche cuando el dios se divirtió a expensas de la integridad física del rubio fue intensa como ninguna otra, cortes en las piernas, brazos, lengua e incluso en el abdomen. Le había sacado las uñas, las veinte en total e incluso arranco una buena cantidad de las suaves plumas del serafín, todo mientras el desdichado rubio estaba consciente.

La cereza del pastel fue que aquel dios lo usara para satisfacerse, se lo cogió en el escritorio, durante aquella sesión Taffy sintió sus heridas empeorar, la piel siendo rasgada pues aquel brutal dios tenia la costumbre de encajar sus uñas en los glúteos del rubio hasta levantar la piel haciéndole sangrar, Taffy recordaba los quejidos lastimeros que brotaban de su garganta estos solían extasiar a su dios.

Mientras Fumus estaba aferrado a sus caderas, gruñendo como si fuera un animal salvaje en pleno apareamiento propinaba golpes a las nalgas del rubio hasta dejarlas totalmente rojas, no solo eso si a Taffy se le ocurría sangrar demasiado sobre aquel escritorio de caoba un nuevo golpe le era propinado con mayor intensidad o bien un tirón de cabello.

- Ni se te ocurra manchar mis muebles con tu asquerosa sangre o tendrás que limpiarlos – Advirtió Fumus mientras daba un tirón a la coleta del serafín, incluso se quedó con una buena cantidad de cabellos dorados en su mano.

Gracias a esos recuerdos Taffy se encogió mucho más, encajo sus propias uñas en sus brazos, hasta que el área comenzó a arder, se había hecho daño, para este punto estaría sangrando seguramente. De repente abrió con sorpresa los ojos, aquella noche había retornado a su hogar arrastrándose, lo único que hizo fue meterse a la cama, no se digno a darse un baño o a curar sus heridas y así había permanecido, la sola idea de aun tener las mordidas, los besos, las caricias y la esencia del dios marcando su cuerpo le asqueo por completo.

Con el estómago revuelto Taffy corrió hasta su baño, ahí sin más vacío su estómago en el retrete, vomito nada mas que bilis, no había probado bocado alguno en una semana quizá, le quedo un sabor amargo en la boca, Taffy se quedo abrazado al baño unos instantes mientras recuperaba fuerzas.

Con dificultad se levantó, una vez lo hizo observo su reflejo en un pequeño espejo dispuesto en su baño, estaba pálido, con bolsas bajo sus ojos, tampoco dormía muy bien. Su cabello ya hacia pajizo y sucio, Taffy no se reconocía, creía estar viendo una imitación suya, una muñeca hueca, sin voluntad o libre albedrio.

Dispuesto a quitarse la repulsión que el mismo se generaba lleno su bañera con agua caliente, casi hirviendo, cundo esta estuvo lista Taffy se quito su ropa y deshizo su coleta, tenía los músculos entumecidos por su tiempo en cama, meterse a la bañera le saco un suspiro, las heridas en sus brazos escocían, pero lejos de eso un baño caliente no le venia mal a nadie, mas si su vida en general era una mierda.

Cuando comenzó a lavarse no dudo nada, comenzó a tallar cada milímetro de su piel con bastante rudeza, hasta dejarla roja no le gustaba sentirse sucio, si debía arrancarse la piel donde Fumus le había tocado lo haría sin rechistar.

El baño concluyo luego de una hora, al salir Taffy se coloco rompa limpia, con un agradable olor a flores, aquello le reconforto al menos un poco, aun no tenía hambre más se obligaría a comer, debería volver a su actividad normal lo más rápido posible, ya había estado mucho tiempo descansando, no quería ni imaginar en que alguien mas hubiera ocupado su lugar durante aquella ausencia.

Mientras cortaba algo de fruta un pensamiento cruzo su cabeza con la velocidad de un relámpago, mas le fue imposible ignorarlo.

- Quizá piensan que estoy muerto – Murmuro para si mismo, ante aquella idea una sonrisa surco su rostro, mas no estaba feliz pues la sonrisa se notaba retorcida y dolorosa.

Era más fácil pensar que le daban por muerto a considerar lo insignificante de su existencia, no podía pensar que en aquel tiempo nadie se había dignado en ir y ver si estaba bien, si seguía vivo. Sacudió la cabeza alejando cualquier pensamiento negativo, seguro los demás estaban ocupados eso debía ser, todos estaban ocupados la mayor parte del tiempo.

- T-todo está bien, todo está bien – Diciendo esto trataba de convencerse, aunque para este punto las lágrimas se habían acumulado en sus ojos amenazando con desbordarse.

El rubio observo aquel cuchillo el cual sostenía fuertemente con su diestra, fantaseo con su muerte, aquel cuchillo rasgando el bonito suéter tejido a mano por Olive junto a su estómago, entonces sus intestinos se desparramarían en el piso, Taffy caería de rodillas con la mirada elevada, implorando perdón mientras poco a poco su vida se apagaba, perdón por ser tan inútil, perdón por dejar atrás a sus amigos y sobre todo pediría perdón por el desdichado que ocuparía su lugar.

Taffy sonreía extasiado por esta idea, hasta que algo le saco de su ensoñación, era demasiado cobarde, tan solo podía fantasear con aquel escenario aquel donde el mismo decidía como abandonar este mundo, quitándole tal privilegio a su maldito dios...pero nunca pasaría, seguramente Taffy moriría en alguna batalla o en el peor de los escenarios moriría a manos de su dios.

El rubio ceno con total calma, como si minutos antes no hubiera fantaseado con su propia muerte, para terminar su día cepillo sus dientes y fue a recostarse, con anterioridad había cambiado las sabanas para estar cómodo, mientras cerraba sus ojos quizá alucino producto del cansancio, más podía ver a su dios acercarse a pasos lentos, mientras fumaba uno de sus cigarrillos, aquella alucinación era tan vivida que incluso podía oler el tabaco.

- Ugh... - El rubio dejo escapar un lastimero quejido mientras sentía su garganta ser presionada por unas frías y ásperas manos, poco a poco era privado del oxígeno.

- Dije que te podías tomar dos días para descansar, no toda una puta semana mas te vale compensar tu ausencia – Fumus hablo, demostrando que no era una alucinación.

Los ojos de Taffy ya hacían abiertos en un gesto de total sorpresa, en algo totalmente impropio el rubio sonrió mientras veía a su dios, luchaba por respirar más lucia feliz.

- Al menos él se preocupó por mi – Pensó el serafín.

Hacia rato queria escribir algo de Taffy, asi que me parecio ideal iniciar esto narrando algo de el aunque no fuera del todo lindo

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Hacia rato queria escribir algo de Taffy, asi que me parecio ideal iniciar esto narrando algo de el aunque no fuera del todo lindo.

Flores del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora