España

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Me llamo Dora y tengo 17 años, debido a que tuve un accidente de automóvil cuando era pequeña no puedo caminar, no funciona muy bien mi vista y mi olfato, es difícil para mi convivir con las personas ya que soy muy tímida y no tengo tanto conocimiento sobre temas de actualidad, como la moda y la mejor "boyband" del momento como las otras niñas de mi edad, me la paso leyendo novelas románticas e historias ficticias. Me encanta la poesía.

Nunca conocí a mi madre, mi padre dice que ella murió al dar a luz, nos parecíamos en varios aspectos físicos, el cabello castaño y ondulado, nariz pequeña y respingada, una frente pequeña y ojos color verdes como dos pequeñas aceitunas. Vivo con mi papa en España, nos tuvimos que mudar por una asenso después de trabajar 25 años en la misma empresa, le dije que valdría la pena es una persona muy preparada, solo necesitaba que la gente se diera cuenta de todo lo que puede lograr.

Llegamos hace dos años, realmente no deje nada ni a nadie en Mexico, la familia de mi madre no aceptaba a mi papa por que era mayor que mi madre 10 años y se casaron cuando ella apenas estaba en segundo año de preparatoria, tenia exactamente mi edad. Mi papa solo tiene una hermana que esta en España y es maestra de literatura, es bastante sabia y a viajado casi por todo el mundo con su esposo, nunca pudieron tener hijos y soy su única sobrina, cada mes me regala un libro diferente y la veo cada ves lo que hace, porque siempre tiene clases y esta ocupada.

En Madrid tenemos una casa demasiado grande para nosotros dos y Matilde la ama de llaves, cocinera y mi compañera de todos los días.
La casa obviamente una planta solamente ya que necesito moverme en mi silla de ruedas.
Paso la mayor parte del tiempo en el gran ventanal que hay en mi cuarto, tiene un patio hermoso con una cerca de madera que lo cubre, en el otoño se pueden apreciar el caer de las hojas rojizas, anaranjadas y cafe se puede observar como van forrando el piso del patio, hay un columpio bastante amplió, es como una banca flotante realmente...

En ocasiones me siento ahí a leer mi libro de poesías. Matilde suele acercarme una tasa pequeña de cocoa cuando estoy ahí.

Las calles que rodean la casa y vecinos que están ahí suelen ser muy tranquilos, en ocasiones salgo con Matilde a pasear, es demasiado triste estar todo el día en casa solo leyendo o tocando el piano.
Nuestra parada cuando salimos es un lago que se encuentra cerca, con unas bancas al rededor. Ahí nos paramos y le damos pedazos pequeños de pan a los patos, Matilde me compra un cafe pequeño, ya que con la llegada del otoño hace demasiado frío... mientras me ayuda a poner los frenos de mi silla me doy cuenta de que las pequeñas manos de Matilde tiemblan demasiado, nunca me había puesto a pensar en todo el tiempo que tiene a mi lado y todas las horas de trabajo que tiene Matilde al estar con migo para ayudarme y atenderme.
Si mal no recuerdo, mi papa me había dicho que Matilde llego a la casa cuando mi mama estaba embarazada de mi, no se que edad tenia desde entonces, pero el tiempo a pasado su energía ya no es la misma, a disminuido su fuerza al ayudarme a parar de la cama para sentarme en mi silla. Realmente no se que haría sin ella.

Se sienta en la banca justo a un lado de mi, saca de su bolsa una pequeña bolsa con pedazos pequeños de pan y me las da sonriendo, parece que disfruta alimentar los patos tanto como yo.

-Dora, exclama Matilde. es hora de irnos a casa, tu padre no tardará en llegar y tengo que poner la mesa.

-Tienes razón, creo que es hora de irnos. Le conteste.

De camino a casa, puedo ver como va cayendo el atardecer, es muy bonita la puesta del sol en Madrid. La banqueta es bastante amplia, a un lado de mi pasan los niños corriendo hay montones de hojas en los que caer.
Llegando a casa Matilde detiene de nuevo mi silla, tiene que abrir la gran reja negra que en primavera esta llena de ramas con pequeñas flores que brotan de las enredaderas. Entrando al pórtico, pasamos por un caminito que nos dirige a la rampa que puso mi papa para deslizar la silla sin problemas.
Abre la gran puerta de madera y nos metemos, me ayuda a quitarme el abrigo y lo cuelga en el perchero. Se dirige a la cocina para preparar la cena y yo me dirigiré al piano, mi canción favorita es la de "für elisa" es una canción muy sencilla, pero amo escuchar tocarla muchas veces.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2014 ⏰

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