Continuación: Me gusta lo que haces, hyung

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Días después, comenzamos a juntarnos a pasarla bien. En este momento, estábamos en una salida con nuestros amigos. Minho había desaparecido y decidí buscarlo.
Aunque sabía que iba a arrepentirme, subí las escaleras hacia las habitaciones y ahí lo encontré. Minho, mi "novio" estaba besando a mi mejor amigo.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, estas cayeron tal como el agua al chocar con las rocas desencadenando en un infinita cascada que la llevaría a un pozo sin fin.

-M-minho... ¿qu-qué...? -ambos voltearon a verme, Minho rió de una forma irónica mirándome directo a los ojos- ¿Realmente pensaste que iba a estar con alguien como tú, idiota?

Correr, eso hice.

Mientras las lágrimas nublaban mi vista, dejándome casi ciego, yo corría como si mi vida dependiera de ello.

Mierda, maldita mierda la que me trajo a este mundo, maldita mierda la que hizo que me junte con ese idiota.

Sólo corrí y corrí hasta llegar a una calle sin salida, rogando que todo esto fuera sólo una jodida pesadilla.

Escuché pasos.

Escuché una risa, risa que me atormentó por dentro. Mi llanto fuerte se escuchaba demasiado, por lo cual se me hizo difícil pensar que podría fingir ser rudo y confrontar a cualquiera que se encontrase detrás de mí.

-Tan lindo caminar por aquí y encontrarme a alguien como tú... Malditamente hermoso...

Cerré mis ojos y pensé en lo que dijo, intentaba convencerme de que todo estaría bien... Sentí manos sobre mi cintura y un gran golpe en la cabeza, mi respiración se hacía cada vez más lenta, hasta que todo se hizo negro...

***

Desperté en una habitación cerrada y oscura, me sentía para la mierda. Sucio y pegajoso... Todo mi cuerpo ardía y dolía, me costaba respirar. Sentí que estaba perdido.

Finalmente, mi respiración se calmó un poco y decidí levantarme lento, pero el ruido de unas cadenas hizo que me detenga. Mi pie estaba encadenado a la pared y apenas podía llegar a tocar la pequeña sillaa que se encontraba cerca de la esquina de la habitación.

Pero la poca tranquilidad que había logrado obtener no duró mucho.

La puerta se abrió lentamente y la silueta de un hombre se acercó a mí hasta tomar mi cuello de una forma dolorosa.

Luchaba por poder gritar, luchaba por poder ser libre nuevamente pero él me detuvo.

-¿Puedes dejar de moverte tanto? Me estás irritando, imbécil. -presionaba cada vez más mi cuello y yo comenzaba a dejar de respirar-.

-¿Qu-qué me hiciste? -logré formular una pequeña oración en un susurro mientras movía mis brazos con desesperación intentando hacer que ese chico me suelte-.

-¿Realmente quieres saber? -me dejó caer y comencé a toser como loco, no podía respirar, retiro lo dicho, no pensaba que estaba perdido, lo estaba-.

Se acercó a mí y sacó un arma, la puso justo en mi pecho y yo comencé a llorar.

Ya estaba muerto.



Había pasado una semana.

Una semana de sufrimiento con ese tipo, ese idiota que me mantuvo intranquilo, sin comer y sin dormir, dejándome caer en una pesadilla, una que se estaba volviendo realidad.

Una semana de dolor, llanto y hambre.

Estaba en una habitación oscura, repleta de bichos y llanto de mi parte, lo único que escuché durante todo ese tiempo.

Sólo una cosa brindaba un pequeño rayo de luz, una ventana que se encontraba en lo alto de la habitación, por la que alguna vez esperaba poder escapar y volver a ser libre.

La puerta se abrió de una forma brusca y repentina, lo que hizo que de un pequeño salto y retoceda.

-Jisung. -ese idiota volvió a aparecer- te tengo una propuesta...

Lo miré y retrocedí asustado.

-¿Qu-qué propuesta?

-mira... Puedo dejarte libre.-se sentó frente a mí en la tabla de madera que había allí a la que él llamaba cama- pero... Con una condición.

Todo por salir de aquí.

-dime... -sabía que sería algo horrible, pero necesitaba salir de ese lugar-.

Sacó un arma y la miró.

-¿Ves esto? -asentí- mi hermanastro se llama Minho. Él me quitó todo, y... Sé que lo odias. -me miró- te dejaré libre si lo asesinas con esta arma...

¿Qué?
Perdón
¿qué?

Me estaba enterando que el hermanastro del idiota que me secuestró era... Minho.

-¿Matarlo? -asintió-.

-Matarlo con esta arma que tengo aquí. -lo miré asustado-.

Asentí, pues no me quedaba más por hacer, ya estaba perdido.

Me hizo jurar muchas cosas y dijo que si intentaba matarlo lo lamentaría, no pude hacerlo.

Ya el arma estaba en mi poder y yo estaba afuera, vigilado por sus hombres.

Iría en busca de Minho.





Ya era hora, Minho había llegado y yo sostenía el arma con fuerza.

Saldrás, hazlo.

Mi mente me decía que lo haga, mi corazón decía lo contrario.

Automáticamente... pensé en él muerto, sorprendentemente, no me lastimaba.

Esperé a que entre a la cocina para entrar con él y apuntar.

-Hola, Minho~ -me miró asustado-.

-¿Jisung?... ¿Qué...? -preparé el arma-.

-me lastimaste, haré lo mismo contigo. Bye~

-Estás loco.

Un disparo fue lo que marcó el final de esta historia, nuestro querido Minho ha muerto.

Estás loco.

Mierda ¡mierda! Asesiné a alguien.

Asesiné a Minho.

Lo hice.

Apunté el arma a mí mismo y me despedí en un susurro.

-Adiós.

-------------

Sí, este es el final.

Hubo un gran giro en la historia y dudé mucho, ya que, anteriormente, tenía otra segunda parte para "me gusta lo que haces, hyung".

Realmente dudé en si debía publicarla o no...

Espero que les haya gustado, háganme saber lo que opinan

Los amo!!

Que tengan una feliz navidad 🎄

Byebye~

ayuda hice esta historia como en 2018 y no entiendo cómo carancho me animé a subirlo al haber hecho todo tan rápido y extraño CHAU

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2021 ⏰

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me gusta lo que haces, hyung • Minsung - ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora