Prefacio por Nathaniel Compean

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Otra vez esta mierda. No.

Cierro los ojos rogándole al ser creador del universo que me de algo mas de paciencia. Ya estoy llegando a mi límite.

Abro la puerta del aula C-3 y la cierro fuertemente a propósito para que la pareja que está en el escritorio se de cuenta de mi presencia. Me recargo en la pared y cruzo los brazos a la vez que la chica huracán que atormenta la estabilidad de la institución deja de besar al chico y voltea hacia mi.

-Veo que tomas tus clases particulares muy enserio, David- digo mirando fijamente al chico, todavía tiene las manos en la cintura de ella- le diré al director que das unas clases muuuy interesantes cuando me pregunte acerca de tu acoplo con los estudiantes-

Sonrio inocentemente, lo que hace que David le quite las manos de encima y se aleje considerablemente.

-No es lo que parece...- empieza pero lo corto porque, en efecto, si es lo que parece.

-Claro que no- niego en un acuerdo- estoy seguro de que no vi nada, como también estoy seguro de que el grupo seis no se quedara a a clases extra los jueves y viernes, me parece- digo fingiendo pensar, sabiendo que tendría que estar de acuerdo conmigo, porque sino, se lo carga la fregada.

-P-por supuesto, si, si- se pasa una mano por el pelo y murmura un no más clase extra para después marcharse del aula.

Esto me llega como caído del cielo ( no el hecho de la situación en si, porque desearía no haber encontrado a un practicante maestro metiéndole lengua a una alumna) pero mis compañeros de clase estaban sufriendo por el hecho de que David había sugerido clases extra para nosotros, ya que somos el grupo mas atrasado académicamente, lo cual pienso que es una vil mentira porque estamos en el nivel de aprendizaje adecuado.

Aunque las clases solo serian para el resto y no para mí porque soy el estudiante más destacado, siendo el encargado de grupo, los demás confiaban en que pudiera convencer a los profesores de que no era necesarios quedarse hasta tarde. Bueno, esto ya está hecho y solo tuve caminar un poco.

Luego de que David se va, Danna se para del escritorio, se alisa la falda y camina hacia mi.

-Que buena jugada- dice con esa voz aterciopelada y me señala con dos pistolas simuladas con sus manos, manos que acaban de  revolver el pelo de un idiota, me dan náuseas.

Ruedo los ojos.

-Ten tantita madre- le murmuro.

Luego me retiro del aula.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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