Cita.

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Me desperté por el incesante sonido de mi celular .

― ¡Que!― dije cuando respondí ― TaeHyung sabes la hora que es.

― Buenos días y si se la hora que es y tu sabes ¿que hora es? ―

― Si TaeHyung se que hora es son las cuatro treinta (4:30) de la tarde―

― Bien bueno ayer se me olvido decirte algo y se que una vez que te lo diga me vas a matar así que...―

―¿Que? TaeHyung que hiciste. ―

― Antes que nada recuerdas el dia que nos conocimos y yo te dije que haría todo por verte feliz siempre ―

― TaeHyung me estas desesperado así que habla ―

― Bien pues recuerdas al chico bombón trasero grande con quien bailastes ayer pues lo invite a una cita y pasara por ti dentro de media hora así que levantate ―.
― ¡Que! , Estas loco TaeHyung voy a matarte―

― Si, si deja tus amenazas para después y ahora levantarte que ya no te queda tiempo, y no te olvides de agradecer después ―.

Me levante como de rayo camine hacia el baño a toma una ducha fría ya que el agua no logro calentarse, una vez listo sali de la ducha enredo en una toalla en mi cintura, y me cambie con lo primero que vi en mi guardarropa, con tiempo y logre lavarme los dientes cuando el timbre sonó.

― Buenos días ― dijo cuando abrí la puerta.

― Buenos días ― respondió ― ví a JungKook que me observaba de pies a cabeza a con una sonrisa.

― Que hermoso te ves ―

―Bueno esto era algo que no esperaba ― deje con nerviosismo por la insistente mirada sobre mi cuerpo.

―Que me dirías si te invito a un lugar JiMin, hay una cafetería y prepara un cappuccino excelente, no esta lejos es a una par de cuadras de aquí.

― ¿Cappuccino dices?-. Me quede viéndolo más de lo debido, pensando en lo que ralmente quería.

― ¿Vamos? ― pregunto extendiendo su mano hacia mi.

Después de pensarlo un rato, y de ver la cara de ilusion que me daba coloque mi mano en la suya.

― Vamos.

Llegamos a la cafeteria y en efevto el Cappuccino está buenísimo, conversamos un rato, despues se ofreció a llevarme a pasear en el parque que estaba cerca de la cafetería, la tarde se paso volando y decidimos regresar a mi departamento. Durante el trayecto en el coche se comportó como un perfecto caballero.

Algo que me pareció muy hermoso.

Al llegar subimos en el ascensor junto a una pareja de ancianos. Los saludamos cortésmente y ocupamos el espacio al fondo. Él se pegado a la pared y yo pegado a él. Noté como su mano subía suavemente por mi muslo y tocaba mi trasero por detrás.

Tenía el culo pegado a su bragueta y podía notar sus embestidas involuntarias. La imposibilidad de hacer ningún tipo de movimiento, o de expresar lo que le sucedía a mi cuerpo con palabras y sonidos, aumentaba aún más la excitación. Iba a hacer que me corriera, en un ascensor, con una pareja de abuelos como ignorantes espectadores.

¡Oh, Dios, esto es maravilloso, joder!

El ascensor, con su ritmo lento y desesperante, llegó a la segunda planta donde la pareja que nos acompañaba debía bajar. JungKook sacó bruscamente su mano de mis pantalones y se despidió del anciano que nos miraba con cierta picardía en el rostro. La mujer salió con aire de indignación.

¿Sabrían qué había estado pasando detrás de ellos?¿Qué más da? me dije.

Estaba deseando volver a sentir la magia de su mano dentro de mí. Antes de que las puertas quedaran cerradas, nuestras bocas se buscaron ansiosas.

Entrelazamos los dedos de ambas manos y me levantó los brazos por encima de la cabeza. Su lengua juguetona recorrió mis labios, comprobando la distancia mínima que podía existir entre nuestras bocas sin que nos sintiéramos abocados a devorarnos.  Me dio la vuelta y acerco su boca a mi oreja para lamer lentamente el lóbulo. La urgente necesidad de sentirlo dentro de mí me dejó sin fuerzas para resistirme a sus caricias.

―¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? ―susurró acariciando con su voz mi alma.

Volvió a ponerme de cara a él.

Instintivamente me lamí el labio inferior y lo oígruñir. Posó sus manos en mis nalgas y me pegó más a su dura erección. Nuestras bocas quedaron a pocos milímetros y pude oler el aroma del cappuccino que acababa de beber.

Me volvía loco de deseo sentirlo así, tan cerca, tan excitado, respirando el mismo aire que exhalaban mis labios.

―Bésame

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