Shaoran es consciente de las problemáticas por las que atraviesa en su relación con Sakura, pero el verdadero problema es decidir si dejarla ir o aferrarse a continuar.
¿Siete días son suficientes para olvidar a alguien?
___________________________...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquella noche podría considerarla un tanto normal, durante muchos días no me encontré de ánimo para nada, pero allí estabas tú. Siempre tratando de darme fuerzas con la calidez de tus acciones, tratando de levantarme con palabras de aliento. Pero no creí que algo tan común, como lo podía ser una discusión, podría terminar en aquello.
— ¿Por qué seguimos así?
Decir que aquella pregunta me descolocó era poco, mi ceño se frunció y te miré con detenimiento y duda, observabas al suelo fijamente y noté como tus manos se movían con nerviosismo sobre tu regazo. Entonces me decidí a hablar:
— ¿A qué te refieres?
Yo seguía con la mirada puesta en ti, tú levantaste la tuya mirándome directo a los ojos. Tus esmeraldas se mostraban empañadas, un pequeño tono rojizo denotaba alrededor de tus verdes iris, y luego sonreíste sin verdadera alegría; sentí como algo presionaba mi pecho con fuerza.
—Ya sabes, hay tantas personas allí fuera, Shaoran... tantos que te agradan y en los que el sentimiento es mutuo. ¿Por qué seguimos aquí? —Volteaste el rostro al frente. Aún no comprendía totalmente a qué venía todo esto y, cuando iba a cuestionar de nueva cuenta, contestaste—: ¿Por qué seguimos juntos, Shaoran?
La pregunta tenía una respuesta demasiado sencilla para mí.
—Porque te amo. —Te dije anhelando que me respondieras de igual manera, pero nada ocurrió, tu silencio continuaba presente—. Sakura...
—Me gustaría creer en tus palabras y dejar de tener dudas, en verdad lo deseo, pero... —Tu tono se apagó, como si costara cada palabra—. Pero cuando más te necesito, no estás. —Volviste a dirigirme la mirada. Las lágrimas recién aparecían en tus ojos y esa triste sonrisa te hacía ver todavía más vulnerable, secaste tus ojos riendo levemente—. No es como que sea tu deber estar allí, ni siquiera es una obligación.
Claro que lo era.
—Lo siento. —Fue lo único que salió de mis labios. Bajé la cabeza revolviendo mis cabellos con vergüenza—. Tienes razones de desconfiar, no he hecho más que hablar sin demostrar nada, y esas son palabras vacías, a fin de cuentas, ¿cierto?
Suspiré sintiéndome idiota, realmente eso no era lo que debía de haber dicho, seguro que lo mejor hubiera sido recordarte que te quería, luchar por borrar esas ideas de tu cabeza, pero no lo hice.
—Si me fuera... ¿te sería fácil olvidarme? —Una alarma sonó en mi interior y te observé sintiendo temor—. Lo que menos deseo es hacerte algún daño, tampoco quiero seguir peleando, odio eso.
—No, no lo sería. Lo dije y lo repetiré cuanto pueda. Sonará egoísta y puedes pensar lo que quieras sobre cómo me siento, no te juzgaré, pero no me permito siquiera la idea de dejarte ir. —Reí ante mi pensamiento egoísta—. Claro, no puedo retenerte y lo sé. Por eso, Sakura, no creo que necesites saber cómo me sentiría.
