Shaoran es consciente de las problemáticas por las que atraviesa en su relación con Sakura, pero el verdadero problema es decidir si dejarla ir o aferrarse a continuar.
¿Siete días son suficientes para olvidar a alguien?
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¿Sabes, Sakura? Siempre pensé que aquellos libros de romance que tanto hallaba y tenían títulos contando los días eran tontos, no sabes la ironía y gracia que me dio darme cuenta del embrollo en el que me encontraba justo ahora, porque sí, tengo siete días para olvidarte... o, bueno, tenía.
Puede que pienses que tomo mis decisiones de una forma rápida, incluso precipitada, pero la verdad paso más de doce horas pensando en esto al día, no puedo dejar de recordarte con cariño y añorando un mensaje o cualquier señal tuya, me siento tonto porque apenas es el cuarto día sin ti. Me siento tonto porque predijera exactamente cómo me sentiría: solo, que notaría tu ausencia, vaya, no sabes lo vacío que se siente todo sin ti.
Pero, ¿sabes? No creo que las cosas sean tan sencillas como para regresar y hablarte con normalidad, pedirte que me escuches y decirte que no puedo más, que quiero seguir intentando. Me he planteado que lo mejor que puedo hacer, es dejarte ir.
Te amo, por favor no dudes de esto, porque es por eso mismo que he decidido darme por vencido, no porque no quiera luchar por ti, no por algún motivo de ese estilo, creo que es porque ya ni yo tengo esperanzas de cambiar y ser mejor para ti. Supongo que finalmente entiendo el como te sientes al lado de mí.
Lo siento, Sakura. Voy a rendirme.
Con amor (y bastante culpa), Shaoran.
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—Maldita sea, ¿por qué no puedo olvidarte?
El ruido de aquel escritorio caer resuena en la solitaria habitación, cada libro cayendo hace eco en el cuarto. Incluso se escucha algo romperse al hacer contacto con el suelo, pero no importa, sólo me quedo viendo la escena unos segundos antes de tomar asiento en la cama. La luz de la luna le da de lleno, es la única que ilumina la habitación, aquella escasa luz que se cuela por la ventana es lo único que no me deja hundirme en la obscuridad, llevo mis manos a mi rostro cubriéndolo con vergüenza y tristeza.
—Sólo debo olvidar, vamos... Sólo debo olvidarte. —Susurro mirando el caer de las lágrimas sobre las palmas de mis manos, las seco con rapidez soltando un suspiro—. Sólo es olvidar.
Me recuesto en la cama mirando el verde del techo, suspiro nuevamente y cierro los ojos sintiendo el rodar de otra lágrima hasta caer en el colchón.
—No puedo. —Murmuro con una sonrisa ladina y triste recordando los días de felicidad que mis miedos y errores no me permitían disfrutar, luego miro a la carta que he escrito con anterioridad—. Aún no puedo... No quiero.
Y me limito a seguir allí recostado sin saber qué hacer.
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Debo decir que hasta a mi me está doliendo esto. xD
Ejem... tambiénamohorriblelaportadaayudaaaaaaaaa.
Y, por cierto, ¡Gracias por el apoyo y por seguir leyendo! No creí que la historia tuviera apoyo, sinceramente, y ya olvidaba lo bien que se sentía escribir, ah. En fin, gracias. ♥
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