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Elena
Mi nombre es Elena Labrot, tengo 22 años de edad y curso el último año de la carrera de economía. Hace unos meses recibí una carta de una universidad de Madrid para continuar mis estudios de mi último año de la carrera.

Me encontraba sola vagando por un largo pasillo en el aeropuerto, hace un tiempo había recibido una carta de una universidad de Madrid para estudiar. Como era de esperarse, yo era el orgullo de la familia, y ahora me encontraba sola en un lugar que nunca en mi vida había visitado y en el cuál pasaría un largo tiempo.
Afortunadamente había encontrado un departamento cerca de la universidad, era pequeño pero acogedor, se ubicaba en el séptimo piso del edificio, y tengo que admitir que tenía una gran vista. Para mi fortuna no tenia que compartirlo con nadie, pero no hay que dejarnos engañar, en el lugar solo había una pequeña cocina, una mesa para dos personas, un sillón de dos personas pequeño, un baño con regadera y una habitación con el suficiente espacio para una cama individual y un mueble para la ropa; además de una puerta misteriosa enfrente de la habitación, que por mala suerte no se podía abrir por que la llave se había extraviado. La señora que me lo estaba rentando me dijo que anteriormente habían vivido ahí un par de muchachos, pero que el año pasado se habían ido, por lo que me dijo que era decisión mía si quería rentar sola o buscar a un compañero, Obvio que me quedaría sola, no necesitaba distracciones, tenía un objetivo que alcanzar.
Había llegado una semana antes de iniciar clases, por lo que tenía tiempo suficiente para organizar mi nuevo espacio. Era muy tentador la idea de salir a conocer el lugar en esos días libres, sin embargo, pensar en la idea de comenzar a escribir la tesis para titularme sobresalía más, así que pensé mejor en aprovechar ese tiempo para buscar un tema.
Abrí mi computadora y lo primero que revisé fue mi correo en busca de nuevas noticias y efectivamente la universidad había organizado una fiesta de bienvenida para los estudiantes de intercambio, si no fuera por que antes darían información importante era claro que yo no iría.
Se acercaba la hora del evento, así que tome una ducha, y de mi maleta saque un par de botas al tobillo negras y un vestido casual negro de manga larga, un par de pendientes de aro de tamaño mediano y un collar con triple cadena con diferentes tamaños y un dije que una pluma en el más largo.
Al cabo de unos minutos salí del departamento, no sin antes preguntarle a la casera cómo llegar a la dirección, por fortuna estaba a unas cuántas cuadras así que decidí caminar.
Llegando al lugar, me recibieron un grupo de personas que eran alumnos de la universidad, ellos amablemente me dieron indicaciones para ir a la sala donde sería la platica, no tenía ni 10 minutos cuando yo deseaba irme. De pronto se hizo el silencio en la sala, al cabo de 20 minutos terminó la sesión, así que nos llevaron a todos a otra sala donde había mesas con bocadillos y bebidas, de fondo sonaba la música de moda del lugar. Estaba a punto de retirarme cuando una chica se me acercó.
-Hola- dijo en tono tímido- mi nombre es Mariana y soy alumna de...
-intercambió - interrumpí en un tono seco- creó que por eso estamos aquí o ¿no? -ahora mi tono era sarcástico
Esas actitudes eran las que más odiaba de mi, por eso siempre tenía pocos amigos.
Ella comenzó a reírse y colocó su mano en mi hombro
- tienes razón, perdóname - mostrándome una sonrisa - sabes, eres a la primera persona que le he hablado en todo este tiempo que he estado aquí, ni siquiera para pedir indicaciones les he hablado a las personas - hablaba ya en un tono más fluido- no crees que es loco?
- creo que es más loco darle tu número a una persona que ni siquiera conoces- conteste nuevamente sarcástica
Se hizo el silencio entres las dos, pero al cabo de unos segundo comenzamos a reír.
-mi nombre es Elena - le dije mientras le extendía la mano
- mucho gusto Elena- contestó Mariana mientras nos estrechamos las manos- por cierto - se acercó más a mi casi susurrando a mi oído- he notado que desde que el chico que está en la esquina llego no ha dejado de mirarte
Mire de reojo a la dirección que me había dicho Mariana, efectivamente había un chico alto mirando a donde yo estaba
- tal ves es a alguien más a quien mira y por casualidad estoy en el camino- dije con calma, los chicos no eran prioridad para mi-
Mariana solo se encogió de hombros, me tomo del brazo y caminamos a otra dirección, al cabo de un par de horas ya éramos mejores amigas, raro en mi, pero había algo en ella que me daba tranquilidad pero sobre todo confianza. Muchas personas ya estaban bailando en la pista, y mariana y yo solo charlábamos, ya nos conocíamos tanto el una a la otra pero sobre todo ambas teníamos las mismas metas. A simple vista Mariana era una chica que daba la impresión de ser la chica popular, que tendría a muchos chicos a sus pies por que era muy bonita, de pelo negro ondulado y largo, ojos cafés y piel clara con silueta delgada. Sin embargo ella era todo lo contrario, era de carácter tímido, distraída, inteligente y divertida, no le gustaban mucho las cosas de moda, era más fanática de la cultura coreana, lo mostraba en su forma de vestir y de maquillaje.
-oh, viene para  acá el chico que te dije hace rato- me dijo mariana al oído
Estaba a punto de voltear a mirar cuando el hablo:
- señoritas buenas noches- dijo en tono cortes y con una sonrisa- al parecer ninguna de ustedes ha bailado esta noche, - extendió su mano hacia mi - ¿le gustaría concederme esta pieza?- me miraba a los ojos
- yo no bailo- le conteste en un tono un poco frío, el daba la impresión de ser todo un galán- y creo que aquí hay otras personas a las que puedas invitar...
- lo se- me contestó en el mismo tono- y si hubiera querido ya la hubiera hecho - me mostró una sonrisa- así que niña, bailemos - sujeto mi muñeca y me llevo a la pista
De fondo sonaba un canción de Vicentico.
- eres la primera chica que conozco que me niega algo- me dijo al oído
- y tu la primera persona que comienzo a detestar desde que llegue - le dije en tono sarcástico
Se limitó a sonreír
-pues no pienso soltarte hasta que bailes conmigo
- creo que mejor me iré- el seguí sujetando mi muñeca
- no quiero lastimarte, así que por favor solo esta pieza y serás libre
- no
- son menos de 3 min
-y me dejarás ir
- si, a excepción que quieras seguir bailando conmigo - me dijo en tono sarcástico
- te aseguro que eso no pasará- dije con mirada retadora
No tuve otra opción que bailar con el, y tengo que admitir que no lo hacía nada mal, muchos se detenían a mirar como bailábamos pero en cuanto término la canción yo me solté de sus manos y ya no lo miré mientras me alejaba. Me acerqué a Mariana que estaba boquiabierta y le dije que me iría, ella tomo sus cosas y nos fuimos juntas
- no lo puedo creer- dijo emocionada- han sido la mejor pareja de toda la noche
- no digas eso, es la persona más prepotente que he conocido- conteste con un poco de rabia
- Mira quien lo dice - Mariana comenzó a reír - pero bueno, nos vemos en clases.
Por suerte vivíamos a dos edificios de distancia, vi que entrara al suyo y yo me fui al mío. Todos estaban durmiendo, así que entre sin hacer mucho ruido, me cambié de ropa y me fui a dormir.
Como deseaba borrar ese momento, pero lo que más deseaba era ya no verlo nunca más.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2020 ⏰

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