Un pianista fracasado

33 4 0
                                    

24 de Marzo 2016

Yoongi estaba decidido, no hay vuelta atrás. No hay nada mas que hacer. Estaba cansado, de la vida, de intentar, de fracasar.

Todo su talento desperdiciado, estaba harto de ser rechazado; ¿pero qué más podría hacer? El mismo lo arruinó. Pudo ser el mejor pianista del país y pertenecer a las mejores orquestas internacionales; pero un sólo error le bastó para que le dijeran una respuesta negativa.

Desde los 14 años Yoongi sufre crisis de ansiedad y depresión. Nunca tuvo el valor de hablarlo, nadie le iba a creer a un niño semejante problema.

-Mamá te lo digo en serio, no puedo dormir y tengo miedo, siento que van venir por mi.

-Yoongi, ya habíamos hablado de esto. Deja de estar jugando. Aparte, ¿miedo de qué? Mejor ponte a comer y deja de fastidiar, estoy ocupada.

Llorando y con desesperación Yoongi empieza a gritar
-¡Te estoy diciendo la verdad! No se que tengo miedo y no quiero comer, no tengo hambre, van a venir por mi.

-¡Basta, vete ahora mismo a tu cuarto y no salgas hasta que te tranquilices! No tengo tiempo para tus tonterías. ¡No es fácil tener dos trabajos para mantenerte y que salgas a querer mortificarme con tus niñerias. Hazme un favor y deja de ser un estorbo!

Esa fue la última vez que Yoongi intentó hablar con alguien de su problema. Ese miedo lo perseguía y se hacía realidad cada que pisaba la escuela. Los de séptimo siempre lo acorralaban e insultaban, otras veces lo golpeaban. Lo peor fue cuando taparon su vista y trataron de quitarle la ropa en el baño; Yoongi suplicando que lo dejaran en paz. Ellos sólo reían más fuerte.

-¿Te gusta ser maricx no? Pues te vamos a enseñar que aquí no aceptamos a los maricxnes como tu.
-Pero no he hecho nada malo -decia Yoongi llorando en el piso-
-¿Ah no? Sabemos lo que le dijiste a tu amigo. Maldito bastardo, todos lo saben.
-Yo sólo le dije que era lindo, por favor déjenme en paz. ¡Auxilio!

Yoongi ahora gritaba con angustia, pensaba que lo iban a matar, todos los días era lo mismo. Ni él sabía si sus sentimientos hacia Taehyung eran malos o buenos. Ni el sabía porque no le atraían las niñas bonitas, pero le gustaba que Tae usara esa bufanda roja que su madre le regaló. Le gustaba conversar con Tae, que lo abrazara; se sentía protegido, era el único momento donde sus miedos se esfumaban.

Pero todo cambio cuando le dijo a Taehyung que se veía demasiado lindo y le acaricio la mejilla, como cuando su madre se ponía cariñosa y cursi. Quería hacerle saber a Tae que también le tenía cariño. Pero al parecer a Taehyung no le agradó o al menos eso demostró cuando puso una cara de espanto, como si hubiera visto a esos bravucones que tanto los acosaban. Y sólo le golpeó la mano para quitarla de su mejilla y le gritó "no me vuelvas a tocar, alejate de mí"

Y desde ese día, Taehyung no le volvió a dirigir la palabra. Ya no se sentaba con el en el receso, ya no iba a su casa a jugar videojuegos. Al parecer Tae le contó a todos su discusión porque ahora todos lo miraban extraño, como si oliera mal, o fuera algo repulsivo. Así pasó toda la secundaria y preparatoria.

Hasta que en la Universidad las cosas parecían mejorar. Pero las crisis de ansiedad cada vez eran más fuertes. Tenía miedo de fracasar en las presentaciones de fin de curso. Era el mejor alumno, todos sus maestros decían que tenía un gran futuro en la música como pianista. Y eso le aterraba, el que no lo pudiera lograr. Hubo un semestre donde sólo tenía una comida al día, porque tenía que perfeccionar sus composiciones. No podía perder el tiempo. A nadie le preocupó eso, era el mejor alumno; tenía que poner en alto el nombre de la institución.

Eso dolía, a nadie le interesaba, querían a su música, más no a él. Pudo graduarse, veía como sus compañeros ya tenían contratos con disqueras importantes, cómo algunos lograron pertenecer a bandas, incluso a cameratas. Pero él seguía intentando. En la última entrevista para la orquesta más importante de Europa, estaba tan nervioso. Había preparado una pieza hecha por él mismo con la que se graduó y tuvo una mención honorífica. No pudo dormir la noche anterior, el miedo lo invadía, ya había perdido 5 kilos de peso y sentía que se ahogaba. Fue el peor día, entro a la sala y los jurados estaban esperando.

- Mi nombre es Min Yoongi...
Podía oir sus latidos, sentía que su corazón hacia eco en toda la sala.
- Preparé esta pieza para graduarme. Yo mismo la compuse... espero les guste.

Se sentó y por poco de cae de la silla, su mente ya lo estaba engañando. Con las manos sudorosas y la respiración agitada abre el órgano; toma un suspiro y cierra los ojos. Al abrirlos se queda congelado. No puede estar pasando; no ahora. Una crisis empezaba a aparecer. Trató de calmarse, y recordar la pieza. Volteó al jurado pero sólo su vista se empezó a apagar, quería vomitar. Se empieza a acomodar el moño del cuello y a sacudir el cabello.
"Vamos idiota, recuerda la nota, esto no te puede pasar ahorita" se decía a si mismo. Pero por más que forzaba su mente, las notas no salían. Siente como una lágrima rueda por su mejilla, luego otra, otra, otra. Hasta que escucha sus propios sollozos. Esta llorando ¿en qué momento? Se empieza a quitar el saco y el moño. Todo se está nublando, hasta que despierta y se ve tirado en el suelo, voltea a todas partes y ve 5 personas a su al rededor, era el jurado.

- Señor Min, por favor vaya a un médico. No podemos aceptarlo en ésta condición. Lo sentimos.

Así se queda unos minutos tirado en el suelo. Se acabó, su último intento se esfumó. No servía para nada. Su madre siempre tuvo razón, era un desperdicio. No merecía si quiera esa mención en la Universidad. Los acosadores de la escuela tenían razón, a los raros nunca les va bien en la vida.



A 100 km/h y con una botella de vodka Yoongi acelera hacia el final que planeó para el mismo. Su visión se vuelve borrosa, eligió un camino que creía deshabitado y cada vez va perdiendo el control del volante mientras su pie sigue pisando el acelerador con furia y tristeza.

Las luces del auto no dan mucha visibilidad y apenas logra ver lo que hay delante de él. A menos de 2 metros cree ver una figura pero está tan mareado y su vista cansada con lágrimas en los ojos que no logra distinguir; sólo siente el golpe de la defensa contra algo pesado, o alguien hasta que puede ver un cuerpo volar encima de su parabrisas rodando hasta el pavimento.

Sigue acelerando y está confundido, ¿efecto del alcohol? Tiene que ser una alucinación o eso piensa al despertar en un hospital. No logra su cometido, está vivo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Try (yoonkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora