Capítulo 10| Confianza

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Ya casi era la fecha de la boda pero aun no estaba de acuerdo con tal decisión, han pasado muchas cosas desde que me comprometí con marshall, aveces no puedo evitar sonrojarme cada vez que me mira con sus ojos bicolor, esa mirada tan fija que me estremece todo mi cuerpo, tener un novio atractivo no era como un cuento de hadas.

Hoy al día siguiente después de... Lo que pensé que sería mi fin termino siendo una de sus bromas de parte de aquel hombre que finje una sonrisa amorosa en público ajeno. Recién me desperté por culpa de un aroma familiar.. Ese aroma a panqueques con miel y vainilla hizo una cascada en mi boca e imagine corazones en mis pupilas.

"Igual a los que me hacía mamá!" pensé.

Corrí de inmediato con una gran sonrisa y un sonrojo en mis mejillas, casi sentía que mis lágrimas iban a salir. Cuando finalmente toque el suelo solo vi un marshall sirviendo en los platos los panqueques bañados en miel de abeja.

—Buenos días—sonrió pero después de un instante puso una expresión algo preocupado.—Que sucede?.. Estas...

Toque mis mejillas y lágrimas rozaban por ellas, rápidamente las quite con mis muñecas ocultando mi rostro aún soltando las pequeñas gotas que salian de mis ojos.

—Buenos días.

Sin mirarlo solo me senté en la silla del comedor y sentir su brazos rodear mis hombros. Me tomo por sorpresa cuando beso mi cabeza con ternura y compasión.

—¿Que te ocurre?

—Eso no te importa.. —voltee en otra dirección sin corresponder a su abrazo.

—Me importa, así que no seas tan orgullosa y dime que te pasa—me pareció que eso me lo exigía en vez de pedirlo con gentileza.

Claramente no respondí y me quedé en silencio, dejo de abrazarme y me empujó contra la pared, mis piernas rodeaban sus caderas y estaba muy cerca de mis labios, mi expresión de sorpresa parecía deleitarle que cada vez estaba mucho más cerca.

—Vas a responderme ahora?—pronto toda mi cara cobro vida y empecé a sentirme nerviosa así tampoco podía responder sin tartamudear.

—Y-yo...

Solo eso pudo salir de mi boca, me tenia como un depredador a su presa, sonrió de forma perversa y se acerco más, su rostro estaba hundido en mi cuello, lo olfatea y lo lame que casi solté un gemido si no fuera porque mordía con fuerza mi labio inferior.

—b-basta.. D-detente.. Marshall porfavor!..

—No piensas decirme nada aún? Sino lo haces, entonces ahora deberías preocuparte por llegar virgen al altar~

Atacó en un movimiento rápido mis labios, mordiendo y jugando con ellos a su placer, no pude evitar querer gemir entre su boca y mis piernas se alzaban más en sus caderas, sus manos llegaron a mi trasero y se pegó más que golpeamos la pared.

Mi corazón latía cada segundo en mi pecho y no podía aguantar tanto la respiración, me separe pero sus manos me tomaron volviendo a unir nuestros labios y esta vez mi boca estaba abierta por lo que le permitió meter su lengua en mi cavidad bucal. Sentí unas caricias en mi espalda, sus manos cambiaron de mi cuello hasta más abajo y más avanzaban en lo que duraba siendo totalmente devorada por sus labios. Intente empujarlo desde su pecho, vaya que era más fuerte que yo, era como mover una pared entera.

—E-Esta.. B-Bi-bien!.. Te.. Te diré ya!.. M-marshall ya basta.. —dije entre besos y me escuchó.

Se separo de mi con la respiración entre cortadas pero más que satisfecho y una sonrisa victoriosa se dibujo en su rostro, me sonroje con solo verlo y aun me tenia atrapada entre sus brazos.

—Recordé a mi madre.. Los panqueques.. Mi madre los hacía iguales.. —Su sonrisa se borro al verme bajar la cabeza.

—Los extrañas mucho verdad?—levanto mi mentón con su dedo índice.

Asentí con tristeza y esta vez, correspondí a su abrazo, me mimaba con caricias en mi cabeza y besos sobre ella y solo sentir su aroma y su calor me hacía sentir...

Protegida.

Me aferre más apretando su camisa y me hundi en su pecho a soltarme a llorar, jamás me sentí tan bien dejando salir todo lo que he acumulado desde hace años desde mis padres murieron en el accidente y me convertí en la esclava de mis tíos, por primera vez sentí que podía compartir todas mis penas y sentimientos a alguien, por fin podía desahogarme sin tratar de esconderme como lo hacía en el sótano donde me mantenían encerrada mis tíos. Marshall me regaló otra sonrisa y esta vez era más que sincera, le respondí igual manera sin nada de muecas. «ya era un avance». Al separarnos volvimos a nuestro desayuno y tenía que admitirlo. Estaba delicioso.

[...]

—Después del trabajo tenía pensado que podriamos ir a cenar juntos ¿Te parece?

—Claro—le sonreí despidiendolo con un beso en la mejilla.

Sonrió y me besó en los labios, y tomando sus cosas fue directamente hasta su auto y se despidió de mi con una especial pero cursi manera de mandar un beso, solo reí ante tal cosa y antes de irse solo gritó algo que me hizo sonrojarme más, pero lo sentí totalmente sincero.

—Te amo!!

Tal vez vivir comprometida al lado de este hombre tan apuesto, no parece una pesadilla, no puedo creer que diga esto pero.. Es mejor que vivir bajo las reglas de mi tíos y estar en ese sótano donde solía dormir a diario, era oscuro y frío como mi vida antes de conocer a marshall lee.

Volví a entrar a la casa y solo me puse a limpiar y prepare alguna botana y ver una película, una hora después no me di cuenta pero me había quedado profundamente dormida y al mirar alrededor estaba en mi habitación recostada, me asome por las escaleras y estaba marshall lavando los platos tarareando una canción.

Al día siguiente.

El molestoso ruido del timbre hizo que gruñiera levantandome de mala gana y atender a la puerta, el timbre no paraba de sonar que solo gritaba que iba enseguida, al llegar a la puerta por un momento pensé que sería marshall por un favor o algo que necesitaba recoger pero casi entre en pánico cuando vi las caras de mis tíos esperando impacientemente desde la entrada.

Esa mirada punzante y fría me hacia estremecer mi columna, al entrar solo ellos tenían esa mirada, en especial la tía Eva, todo fue muy rápido y mi mejilla estaba roja y adolorida, mi tía acaba de abofetearme.

—Maldita sabandija!! Te das de lo que acabas de hacer pequeña estúpida!!?

—Porque!? Ahora que hice!?

—¡¡¿Sabes muy bien lo que hiciste jovencita!! Como se te ocurre contarle semejante cosa vergonzosa a tu prometido!!?

—¡No se de que mierdas me estan hablando!!

—Sobre tus padres!! Que más!!? SERÁ MEJOR QUE NO VUELVAS A MENCIONAR OTRA VEZ ESE ASUNTO O TE JURO QUE TE ARREPENTIRÁS DE HABER NACIDO!!

Recibí una última bofetada de mi tía Eva antes de que azotaran la puerta y marcharse, me quede con lágrimas rodando sobre mis mejillas, no podía soportar más este maltrato. ¡¿Que tenía de malo contarle sobre mis penas a la persona que compartiría su vida conmigo!? No entendía absolutamente nada. Solo me arrodille y me eche a llorar abrazando mis piernas en un rincón hasta que marshall regresara.

Un Matrimonio Arreglado (Marshall Lee y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora