💙❤MadaTobi Week 2019❤💙

Dios se apiade de los idiotas

Resumen:

Nunca hagas un sello experimental durante un escape del complejo de los enemigos más antiguos de tu clan. Tobirama puede explicar muy bien la razón.

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Hashirama siempre le dijo que sus experimentos lo llevarían a problemas, algo que pudo confirmar en varias ocasiones a lo largo de los años, pero este era definitivamente uno que ni en su peor pesadilla pudo imaginar. Todo era tan surrealista, incluso para un científico como él acostumbrado a traer muertos a la vida y de vez en cuando volverse mujer o una especie de gato humanoide kawaii o lo que tocase en la ocasión, pero esto era, era ... Era un chiste muy malo.

Y es que ¿De qué otra forma pudo haber cambiado de cuerpo con Madara Uchiha, mientras escapaba del complejo Uchiha? Todo estaba mal desde que Madara, Uchiha y escapar se juntaron, el cambio de cuerpo era solo y más que innecesario. Su único consuelo era no ser el único afectado.

Su consuelo era una mierda si Madara era ese otro afectado. Ojalá Madara al tener su voz el grito que diera al despertar no fuera de tan agudo y podría comprender rápidamente la situación en la que ambos se encontraban. Tobirama solo podría soñar para ese punto.

Sabio ¿Cómo terminó así?

Bueno, esa sería una larga historia que preferiría no contar a un detalle pronto. Por un lado, no podría recordar todo con claridad y por el otro él no quería saber todo. Sus días (meses) como prisionero del Uchiha era algo que mantendría en lo más profundo de su memoria hasta que fueran a la tumba.

Aún con eso, podríamos contar cómo fue capturado por el Uchiha sin mayor problema que su vergüenza por su propia debilidad. Arribado a mitad del bosque por dos escuadrones del Uchiha después de una misión que había salido tan mal, herido, apenas con chakra y superado en número, Tobirama a sus dieciséis podría haberlo logrado, huir de lo inminente por poco, si tan solo solo no hubieran estado Izuna y Madara ahí. Poco pudo hacer antes de ser amarrado y llevó al complejo Uchiha como prisionero.

¿Por qué no matarlo? ¿Por qué no matar al Demonio Blanco cuando tienen oportunidad?

Tobirama no recibió respuesta aún cuando vio los ojos llenos de satisfacción de Tajima Uchiha cuando lo vio amarrado a sus pies como una presa merced del depredador. Después solo fue llevado a Las mazmorras, con su chakra sellado con por lo menos cuatro sellos diferentes, grilletes de hierro que con cadenas lo mantenían lejos de la salida y tan, pero tan jodidamente drogado que no supo cómo no murió de una sobredosis antes de que la dosis ya no le hiciera efecto. Había pasado dos meses en total inconsciencia y el siguiente mes en planear, estrategia y repetir el mismo proceso.

Durante ese tiempo no fue interrogado o torturado, apenas humillado por el idiota de turno en guardia, cosa no tan común también. Tajima solo apareció cada dos semanas para revisarle, mientras Izuna había brillado por su ausencia y Madara ... Era un caso especial en su familia, suponía Tobirama.

Lo vio cada dos días después de lo que suponía era la media noche, siempre silencioso y tranquilo, con ojos reflexivos que acompañaban perfectamente su misión de contemplar al prisionero. Nunca duraba más de quince minutos antes de suspirar, dar la vuelta y retirarse con menos ánimos que al llegar, aunque yendo más apresurado, siempre repitiendo esa secuencia. Él mismo nunca habló, sus discusiones con Tajima le dejaron claro la inutilidad de intentarlo. Creería que tal vez era la culpa, su vínculo con Hashirama aún presente en su mente para estar en paz teniendo al hermano pequeño de su mejor amigo como prisionero. Eso no explicaba qué haría ahí, ni qué querían de él, pero era una rutina que Tobirama abrazó con fuerza, porque sabía que era su llave a la libertad.