No se por que escribo esto. Tecleo sin sentido e intento imaginar que hablo contigo pero es tan difícil.
Falleciste cuando yo tenía ocho años, pero desde antes no estabas... Es tan confuso.
No se que sentir al respecto. Esta tristeza, odio, enojo y hasta felicidad... pero yo no se que sentir con el hecho de que nunca estuviste para mi, de qué hoy no estes.
Siempre vi como a todas las niñas su padre iba a buscarlas a la escuela, siempre "mi papi me compró" "mi papi me llevó" ¿y yo? No, para mi todo siempre fue mami. No tengo claro muchos de los recuerdo de cuando vivías pero si recuerdo que nunca estuviste.
No me llevaste al colegio.
No me limpiaste las heridas de las rodillas cuando caí.
No me llevaste al médico cuando enfermé.
Para mi era tan raro decirte "papi" porque eras un extraño.
Se siente como que no me querías. ¿Por qué no? Siempre fui una pequeña adorable e inteligente queriendo agradar a los mayores.
Fue duro no tenerte. Es duro cuando el hombre que debe estar siempre contigo es el primero que te abandona y solo te queda preguntarte ¿Que esta mal conmigo?
No me enseñaste a defenderme, no me enseñaste algún deporte y tampoco me diste algún consejo, no me hiciste sentir mejor... o lo que sea que hacen los padres con las hijas ¿como lo sabré?
Entonces mami llegó un día y dijo que yo tenía que ser fuerte porque habías fallecido.
Entonces no sentí nada. ¿Como sentir dolor por la ausencia de quien nunca estuvo?
Y lloré.
Lloré un mar.
Por culpa.
¡Era una mala hija! No me sentía mal porque mi padre falleció y eso me hacía una mala hija. Al menos así lo interpreté.
Oh
Cuando mi abuela llegó llorando fue el turno del odio.
Tu ausencia estaba haciendo llorar al sol más grande que habita la tierra y sentí tanta rabia. Odio de que no estuvieras porque hacías llorar a quienes quería, mi abuela, mis tías y mi hermano lloraban por ti. Y yo lloraba porque a ellos le dolía.
Continué mi vida sin ti.
Como la empecé.
Pero ahora tenía que escuchar el constante "lo siento" de todo el mundo cuando decía que mi padre había fallecido.
Los años pasaron y tu ausencia empezó a pesar.
A los 13 me sentí insuficiente por primera vez y tu no estuviste ahí para hacerme sentir la reina del mundo.
A los quince quise bailar contigo y no estabas. Cada niña sueña con bailar ese día con su padre y yo solo en sueños podía lograrlo.
A los quince también fue la primera vez que quise suicidarme, tú no estuviste ahí para hacerme sentir que la vida era importante.
A los 16 me gradué de bachiller, la más joven de mi promoción y no pude verte en mi graduación. No subiste a recoger mi diploma conmigo y eso me dolió.
También sentí que no estaba preparada para la vida y no estuviste ahí para decirme que yo podría con todo.
A los 17 gane un concurso de escritura. No estuviste ahí para celebrarlo conmigo.
A los 19 le rompieron el corazón a tu niña.
A los 21 me duele pensar en ti.
Me duele que no estés aquí.
Me duele que no te tengo para aconsejarme, para llorar en tu hombro. Me duele que no te recuerdo.
Pero sobre todas las cosas me duele que quizás si estuvieras vivo nada de esto cambiaría.
Oh, querido papá
¿Será que nunca quisiste a tu princesa?
