La vida es un agujero negro de emociones, te sientes tan elevado en un cierto momento, que quieres mantenerte en ese éxtasis, sientes que has ganado todo en la vida, te vuelves un poco más consciente de tus acciones, y a la vez te vuelves más impulsivo en lo neurótico que puede ser experimentar algo nuevo, el mundo es nuestro, las cosas salen como queremos, podemos hacer lo que queramos, sabemos que juntos somos invencibles, todo nos sale mejor de lo que planeamos, conseguimos de donde no hubo, la fuerza, la fuerza de lo que todo puede, la intención de lograrlo, con un amor íntegro y puro. Eso me pasaba cuando estaba con ella, es raro, no es saludable, pues debería sentir lo mismo que siento cuando estoy con ella, estando solo...
Sabemos que el amor es el motor de todo y lo que sentía era amor, un éxtasis de amor, señales, pistas, que siendo conscientes podría reconocerlo instantáneamente, sentía la armonía del sentimiento, podía ver las ondas magnéticas del amor, podía ver los colores que producía nuestras intenciones con cada abrazo, de cada beso, a veces los colores distorsionaban, no era tan claro, de un saludo , a una despedida...
Solo la tenía a ella, bueno... en realidad no. Más bien solo volvía elegirla...
Ese don que puede ser una maldición. Desde mi perspectiva siento que todo puede pasar, mi realidad la voy creando, pero más fuerte son sus deseos que los míos... parece ser que recaigo en todo, que puedo ser un recién nacido, lo único que me podría hacer sentir bien es comer, dormir, y regocijar en el pecho de mi madre, teniendo ella la esperanza de que en algún momento pueda hacerme valer por mí mismo, vuelvo a nacer en cada sentimiento caído, vuelvo a renacer en cada cuerpo estelar descubierto, vuelvo a morir en cada estrella apagada, un círculo vicioso, las drogas no es suficiente y la abstinencia, era como la comedia, tendría que haber un buen motivo para sonreír.
Sentía como las hojas se secaban, que el viento se llevaba, que todo lo que me nutría del sol y la tierra, por las noches se desvanecía.
Las raíces que viajaban kilómetros de kilómetros para encontrarte y con tus pies descalzos penetrar pensamientos que te hicieran recordarme, solo así mis energías ya no se consumían, solo así, podía regenerarme, las fuerzas que me quitaba el tiempo, el viento me las devolvías al pensarme, al recordarme.
Que Egoísta, que falta de amor propio produce esto, no es necesario, pero sí que te hace sentir vivo.
Somos tierra, somos aire, somos fuego, somos agua, me puedes encontrar donde desees.
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Pasajes de la resurrección.
Non-FictionHa vuelto a despertar, la luz que fue consumida por un tiempo ahora tiene esa chispa que ha vuelto a encenderla, es amor. No hay celos, no hay rencor, no hay envidias en lo exterior que no pueda curar en lo interior.