Aviso: La historia no es mía, es de Keiko-Midori y me permitió hacer uso de ella. La historia en un principio era Inucest pero he decidido hacerla InuKag para que sea apreciada por ustedes también, todos los créditos son para ella, yo solo la comparto con fines de entretenimiento.
Gracias por la historia, Kei. Creo que he hecho muy poco, solo te mostré la canción, tú hiciste todo lo demás.
La historia comienza con la hija de una florista y el hijo de un herrero, ambos tienen una relación a escondidas desde que eran niños. Se conocían desde la infancia y todo por sus padres, al principio se odiaban a muerte pues ambos eran obstinados y orgullosos, sus personalidades chocaban pero un día limaron asperezas y empezaron a convivir un poco mejor. Se habían vuelto amigos inseparables tras eso, un día ocurrió un momento mágico y sus almas se juraron amor eterno. A pesar de la diferencia de edad, vivían bien. Kagome Higurashi de dieciséis e Inuyasha No Taisho de veinte, su primer beso fue cuando Kagome tenía doce años y él dieciséis.
Bajo la sombra de un árbol junto a un río, dos niños hablan. Se la habían pasado merodeando por los alrededores del bosque y habían parado a descansar, después de todo conocían el lugar como la misma palma de su mano.
-Esto es aburrido, Inuyasha. Mejor hubiéramos ido a pescar o a nadar-.
-Aun eres una niña pequeña para que entres al río sin supervisión, a mí no me apetece nadar ni pescar. Prefiero tomar una siesta, te he seguido desde que salimos de casa y estoy cansado-.
Pocos segundos después, el adolescente tenía encima suyo a una muy molesta niña de largos cabellos azabache. Inuyasha había olvidado lo mucho que a Kagome le molestaba ser tratada como a una niña pequeña. Bloqueo todos los golpes y la sostuvo con firmeza de las manos, pero eso no detuvo a su pequeña acompañante que forcejeó sin descanso. Estuvieron por un rato así. La miró fijamente, al ver esos oscuros ojos entrecerrados y esa expresión brava, supo que una sarta de reproches serían dedicados a su persona. Antes de que a Kagome le diera tiempo de quejarse, cubrió su boca con la propia en forma de beso.
Ambos se sorprendieron por dicha acción pero en vez de apartarse, Inuyasha atrapó las manos de la más joven y entrelazó sus dedos. Giró quedando él arriba. Sus labios se movieron con ligera torpeza y timidez. Kagome aun desconcertada, se dejó hacer y de la misma inexperta manera, empezó a corresponder. Sus ojos se cerraron y llevaron ese inocente pero torpe beso. Al momento de separarse y notar la expresión avergonzada de ambos, se apartaron y se sentaron espalda con espalda. No eran capaces de dirigirse una mirada.
Inuyasha puso su mano en el suelo, entre ambos. Pasaron unos segundos, Kagome la tomó y sus dedos se entrelazaron. Fue una promesa muda, nadie sabría lo que pasó pero se repetiría y solo ellos lo sabrían.
Ese día había iniciado una relación inocente como ellos lo eran en ese entonces. Pero como el ciclo de la vida lo dictaba, ambos empezaron a dejar su cuerpo de niños para dar un nuevo comienzo. Ambos crecieron, maduraron.
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La promesa de una rosa.
ФанфикLa historia de amor de la hija de una florista y el hijo de un herrero, narra la hermosa historia que ambos vivieron y que giró en torno a una bella promesa. Aclaración: Esta historia es una adaptación, tengo los permisos necesarios para publicarla...