🌸01; ℂá𝕝𝕚𝕕𝕠 𝕣𝕖𝕗𝕦𝕘𝕚𝕠🌸

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Reddie Week 2019, Día 1: Hamaca

La campana del lugar resonó en sus oídos en cuanto cruzó la puerta, informando su marcha. Se detuvo un momento para sacar la prescripción y cerciorarse de que todo lo que necesitaba, estuviera en la pequeña bolsa de papel que le había dado el Sr. Keene.

–La medicina de mamá, las vitaminas, la pomada que debe colocarse cada tres horas, mi inhalador. –Enumeraba mientras descartaba las cosas de la lista.

–Bien, creo que tengo todo.

Con una sonrisa satisfecha se dirigió a la bicicleta que había dejado estacionada frente a la farmacia, dispuesto a ir directo a su casa.

Al comenzar a pedalear sintió que el viento enfrió rápidamente, y antes de que se diera cuenta, Derry era cubierto por una fuerte lluvia, una que lo empapó en menos de dos minutos.

Cuando llegara a casa su madre iba a matarlo y seguramente le mandaría a hacer una serie de estudios para descartar la ligera posibilidad de que tuviera un resfriado que pudiera agravarse hasta una bronquitis o algo mucho peor, como la pulmonía.

Suspiró frustrado y pedaleó con más rapidez, intentando llegar a casa cuanto antes. Cosa que no le fue fácil pues al girar en una calle chocó con quien menos esperaba.


🎶Run Boy Run, Woodkid🎶

Henry Bowers y sus compinches se hallaban tirados en el mojado suelo. Habían tenido la mala fortuna de caer en un charco lleno de lodo, al parecer también huían de la lluvia.

–¡¿Qué demonios?! –Gritó el rubio sacudiéndose de la mano el asqueroso barro que ahora lo manchaba –¡Eres hombre muerto Kaspbrak!

Eddie no esperó a que terminará de dictar su sentencia de muerte, y se giró rápidamente para volver a pedalear en dirección contraria a los brabucones mientras estos corrían furiosos detrás de él, gritándole una sarta de groserías que eran nuevas para Eddie.

Jamás en su vida había escuchado que una persona fuera tan creativa para los insultos.

Algunas personas los vieron en el camino, pero no hicieron más que ignorarlos, no era problema suyo, además llovía y nadie quería salir a mojarse por defender a un asmático.

El hipocondríaco sintió que su pecho se comprimía por la falta de aire y en un intento desesperado por sacar su inhalador sin dejar de pedalear, tiró accidentalmente la bolsa de la farmacia.

Ahora sí, su madre iba a matarlo.

Con la vista nublada por la lluvia, y el corazón a punto de escapársele por la garganta, giró al único lugar en el que sabía podía perder a sus brabucones: Barrens.

Pedaleó hasta que las llantas de su bici se llenaron de lodo y fueron prácticamente inservibles, y cuando eso pasó, rogó por que sus piernas no le fallaran al correr.

Corrió y corrió sin detenerse, sin mirar atrás, entre los sinuosos caminos del bosque en Barrens, sin importar que sus piernas descubiertas gracias al short que llevaba, se hallaran llenas de lodo y raspones por las ramas de los árboles. No se detuvo ni un momento, a pesar de que sentía la garganta quemarle hasta los pulmones.

Escuchó un crack debajo de sus pies y luego se hundió en el bosque, como si este se lo hubiera tragado.

Cayó de bruces con un golpe seco en el suelo, aun sintiendo las gotas de lluvia caer sobre su rostro, había terminado el refugio de los perdedores.

𝑶𝒏𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆, 𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆𝒔 ||𝑹𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora