🌸04; ℝ𝕚𝕧𝕒𝕝𝕖𝕤🌸

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Reddie Week 2019, Día 4: Reencuentro.


🎶House Of The Rising Sun, The Animals🎶


Acomodó los oscuros lentes por segunda ocasión aquella tarde. El viento golpeaba con fuerza contenida su rostro, haciéndole sentir la fresca brisa del mar combinada en el aire; la luz del día comenzaba a desaparecer por el horizonte, dibujando tenues sombras en sus duras facciones.

Su brazo izquierdo descansaba en el borde de la puerta mientras el otro brazo se concentraba en conducir con precaución, aunque sin disminuir la velocidad, no quería llegar más tarde de lo que de por sí ya iba.

Su cabello, casi siempre luciendo un peinado pulcro hacia atrás, yacía descontrolado por las ráfagas de viento, dándole un aire más juvenil y soberbio.

Lanzó por la ventana el puro que acababa de terminarse, mientras frenaba furiosamente, haciendo que las llantas del lujoso Cadillac CT6 negro, derraparan en el pavimento del lugar. Más de uno había volteado a verlo con sorpresa, haciéndolo sonreír.

Imaginaba que en su vida habían visto algo tan lujoso como aquello, y les dolía que fuera usado de esa manera. Si tan solo supieran que lo había comprado únicamente para esa ocasión y después tal vez lo tendría de colección, o lo regalaría.

La compañía Cadillac se lo había dado un año por adelantado, al menos valía su precio... nada más que cien mil euros, aunque no se quejaba, podía pagar eso y más, su renombre se lo permitía. El mismo Al Capone estaría orgulloso de él si lo viera.

Caminó con paso elegante, saludando a los presentes con una leve inclinación de cabeza, acomodándose el saco del traje.

La elegante música resonaba incluso más allá de la entrada principal. El lugar podría confundirse fácilmente con el palacio real de Buckingham, de lo grande y vanidoso que este era, casi de la realeza.

No esperaba menos.

Ni siquiera fue necesaria invitación, los guardias se hicieron a un lado en cuanto lo vieron, temerosos de que siquiera volteara a mirarlos.

Así le gustaba.

-Señor Kaspbrak, que sorpresa tenerlo por aquí, es un enorme gusto. -Un joven hombre de aparentemente su misma edad, se acercó a saludarlo.

Eddie soltó un bufido por el modo en que su amigo lo había llamado.

-Bill, querido Bill, sabes cuánto odio que me llamen de esa manera tan "propia"

El de ojos azules rio y momentos después se fundieron en un abrazo acogedor, había pasado mucho tiempo desde la última vez que se habían visto.

-Lo olvidé, no quisiera que me mandara a desaparecer el gran Edward. -Su sonrisa se ensanchó.

Eddie le hizo una señal discreta para que guardara silencio, no quería que todo el mundo se enterara de que estaba ahí, como un fugitivo encubierto.

-¿A qué debo tu invitación mi estimado? Creí que te habías ido al bando contrario. -Soltó con sorna, tomando la copa de champagne que un mesero le ofrecía.

-Oh Eds, no me guardes rencor, sabes cómo es este negocio, además mi lealtad está contigo y tu familia, por eso te he invitado, como una disculpa y una oferta de tregua.

Bill pasó su mano sobre los hombros de su amigo, mientras lo encaminaba al salón principal donde la música resonaba con mayor fuerza.

Eddie observó el lugar con cautela, dándose cuenta de que, efectivamente, Bill no mentía, al menos no veía algún rostro conocido del bando contrario. Aún así decidió no bajar la guardia, en su posición no estaba de más.

-Bien, entonces disfruta la fiesta amigo, hablaremos en un rato, cuando me libre de los idiotas que están allá.

Señaló un par de hombres bien vestidos quienes solo al verlo sonrieron y levantaron la mano, saludándolo.

-Siéntete como en casa Eds.

-Gracias Billy.

-Ah. -Regresó a Eddie. - En serio me da mucho gusto volver a verte hermano.

-Lo mismo digo compañero.

Ambos se sonrieron, se dieron un abrazo, luego el tartaja se marchó dejando solo al castaño, una vez más.

El resto de la noche transcurrió tranquila, entre tragos, bailes y pláticas con personas desconocidas que realmente no le cayeron nada mal, sobre todo porque no pertenecían a su cotizado círculo de trabajo y parecían no estar al tanto de él tampoco, algo que en absoluto le molestaba. Darse un respiro no estaba tan mal.

𝑶𝒏𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆, 𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆𝒔 ||𝑹𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora