Soy cómo una estatua de mármol a la que todos admiran y creen conocer su pasado,fría cómo el hielo,con la mente más ruidosa que las calles de Madrid en hora punta,más rota que roma,fuerte cómo el acero,pérdida en estaciones llenas de despedidas y ahi me di cuenta que hay trenes a los que hay que subir con la certeza de que el único riesgo sería no haberlo hecho.