31:Si,Quiero Tomar tu mano

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chicos...debo bajar..--

-- queee!? Estas loco?--

-- llamó mi madre....debo bajar--

-- pero...pasó algo grave?--

-- en realidad, no lo sé...--

-- por que no la llamas cuando llegues? Ya no podrá regañarte... esto lo haces por tí...--

-- no lo sé...--

     Que deberia hacer?...

De repente sonó mi nombre por el parlante del avión. Una azafata pedia amablemente que Krist Perawat se acercara donde ella estaba.

Todo esto es muy raro.
Me levanté de mi asiento y caminé con algo de duda hacia donde la joven mujer estaba.

-- Señor Perawat?--

-- si si, soy yo--

-- podria por favor acompañarme?--

-- pp..pe..ro... mi equipaje?..y..mis amigos?..--

-- no se preocupe señor, yo me ocupo de bajarle su equipaje--

-- bajarle?.. no no pero.. tengo que viajar...--

-- descuide... despues de salir, no creo que quiera viajar.--

Quee?... esto es muy extraño!!

Salí con pasos muy torpes viendo el amontonamiento de gente que habia. De repente, la multitud comenzó a aplaudir y a sonrier. Algunos silbaban mientras que otros gritaban en aliento.

No entendia que pasaba. Pero sin duda esperaban que alguien famoso bajara de ese avión.
Me corrí un poco y giré esperando ver a ese famoso pero nadie salía.
Volví mi rostro a la multitud y seguían aplaudiendo.

Acaso todos se volvieron locos?!!

La azafata que muy amablemente me corrió del avión ahora vino hasta mi lado y me tomó por el brazo haciendome caminar hacia la extraña multitud de gente.

Esto cada vez se estaba poniendo pero.
Esa misma gente que gritaba y aplaudia era la que me sonreia y me daba palmaditas en la espalda felicitandome.

Sin dudas! Se volvieron todos locos!!...

Realmente no entendía nada, pero continué caminando ya que era escoltado por la azafata.

     Hasta que lo ví.

No pude continuar. Mi mundo se paralizó. Mis ojos se ensancharon tratando de enfocar lo que estaba frente a mi. Mi respiración se tornó agitada, mi corazón golpeaba con mucha fuerza contra mi pecho, mis manos comenzarón a sudar igual que mi frente.
Y sin darme cuenta, involuntariamente, un par de lagrimas se escaparon de mis ojos recorriendo mi rostro.

Ahi estaba él. Tan hermoso como siempre lo fué, con su perfecto peinado, sus profundos ojos oscuros, su bronceada piel y su sonrisa tan caracteristica adornando su hermoso rostro.
Estaba arrodillado de una pierna y con sus brazos extendidos sosteniendo un hermoso y pequeño ramo de bellas flores.
Toda la gente mirando a nuestro alrededor en una especie de "ronda" expectantes de cada detalle.
De repente, cesaron los aplausos, los gritos y los sílbidos. Y ahí fué cuando Singto aclaró su garganta y comenzó a hablar.

Mi stripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora