Supongo que está mal que espere que estés roto. O que de verdad deseo que estés roto. Que no hayas encontrado a nadie en este océano repleto de peces.
¿De verdad está mal?
¿Es tan raro que esté tumbado en el sofá? Quizá es aún más raro que me esté haciendo estas preguntas mientras estoy echado haciendo tonterías, tan sólo pensando en ti. Demonios, tan solo. Desearía no haberte conocido.
Hasta ahora me he preguntado cuántas veces he pensado en todo eso. Es decir, habían pasado dos meses desde que lo que teníamos había terminado, supongo. Te fuiste del departamento, me quedé ahí como estúpido viendo la puerta y cuando caí en cuenta de lo que pasó, dije:
— Volverá.
Supongo que no.
Sé que fui el estúpido que lo terminó, también que fui el estúpido que se arrepintió.
Si soy sincero, me tomó dos copas admitir todo esto. Más pensando en él, como si se lo estuviera contando. Él y yo nunca habíamos tenido problemas de este tipo, nunca habíamos experimentado peleas donde los jarrones volaran y donde yo me cubriera. No era una razón importante, ni siquiera recuerdo cuál.
Antes de que lo piensen... No. Nadie engañó a nadie.
Tuvimos problemas, como todos. Tuvimos la necesidad de querer dejar ir al otro. O quizá yo fui el que tuvo esa necesidad, porque le dije que era mejor si todo terminaba. Y él se lo tomó en serio, él dijo que se iría si no me arrepentía de lo que estaba diciendo. Y entonces, cuando yo me quedé parado frente a él, corrió a guardar sus cosas y tomó el pomo de la puerta.
— Di que me quieres fuera de tu vida.
No lo hacía. Por eso no respondí. Pero él se tomó tan enserio el silencio, que lo único que hizo fue abrir la puerta y salir.
Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer. Realmente tardé en asimilar que el chico que yo amaba se me iba de las manos, y yo lo permitía. Estaba siendo un verdadero, verdadero idiota. No podía describir ese sentimiento. Creo que me enojaba meterme a pensar qué era lo que rondaba y mataba lentamente a mi corazón. Yo era un desastre. Y él era el único que aguantaba y decía amarme.
Mierda, es porque estoy bebido.
Él es muy lindo. Es algo alto, pero no tanto como yo. Su cabello es lacio, y castaño. Su piel es tan tersa, amo acariciarlo porque es como tocar algodón... Y sus labios. Sus labios eran como una fruta exótica, deliciosos. Y todo él era perfecto.
Todo en él era único. Y todo en mí, genérico.
Por esta razón quizá chocábamos de vez en cuando. Mientras yo veía el cielo celeste, él decía que el cielo nunca era del mismo color. Era cierto, es solo que cuando tú piensas en algo, lo piensas común. Y él no.
Él soportaba mis enojos, él soportaba que dijera cosas y que quizá le hiciera sentir mal. Mis humores, mis palabras, mis cuestiones. Aguantaba cada cosa de mí. Y lo único que hice fue tomar eso, dárselo y verlo salir por la puerta.
No fue lo único que se llevó con él. También se llevó lo único bueno que yo tenía.
—Quizá debería dejar de tomar —me he dicho en voz alta cuando siento que mi estómago está llenándose cada vez más.
Lo dije, pero no lo hice.
Lamentablemente, el orgullo que poseo no me permite ir a rogarle (porque eso haría) y a decirle que vuelva a amarme. Simplemente deseo que él sea quien regrese.
No ha sido fácil. La casa es un maldito desastre sin él.
¿Estará él pasándola tan mal como yo? Sería una pregunta estúpida... Yo fui el que hizo que todo esto pasara; no me sorprendería si me lanza un jarrón de nuevo.
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мσνιиg αℓσиє|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ
Фанфик↠De un chico que no puede aceptar la manera en la que todo terminó. ↞ ➻One-Shot ➻Adaptación ➻Esta historia no me pertenece. Todos los créditos a su hermosa autora @hxLover ➻Tengo el total permiso de hacer esta adaptación ➻Hyunmin; Stray Kids; Hyunji...