Las gotas de lluvia deslizándose por el fino cristal de las ventanas, el aire frío recorriendo cada parte de mi ser, propinándome una dulce sensación. Cierro mis ojos en busca de sentir esa tranquilidad que irradiaba el momento; sintiendo de pronto un toque suave sobre mi cintura, unos brazos envolviendo mi cuerpo y un aliento chocar contra mi cuello. Hace sólo unas horas todo era gritos, un suelo decorado con vidrios rotos, lágrimas saliendo de mis ojos precipitadamente y una voz más que conocida tratando de tranquilizarme. Nuestras personalidades chocaban una vez más, tal como la pólvora al tocar el calibre de la bala; explotando ante la fricción. Cómo siempre, ya todo había acabado. Quedaba solo un recuerdo efímero, encontrándonos de nuevo y buscando nuestros cuerpos. Queriendo sentir nuestra escencia, unirlas en una sola fragancia.
Me volteo y acaricio tus cabellos. Delíneo cada parte de tus delicadas y tenues facciones y me acerco a tí. Nuestros alientos chocan y una sonrisa se forma en tus labios, dejando ver ese hoyuelo distintivo que se forma en tu mejilla derecha. No puedo evitar morder mis labios y suprimir una sonrisa. Recuerdo el momento en que puse mis ojos en tí por primera vez. Algo resonó dentro de mi. Tu belleza, tan irreal como una utopía. Esa personalidad imparcial apegada a un pasado lleno de demonios, sin embargo, una sonrisa llena de esperanza y paz.
Supe que sería mi perdición acercarme, pero estaba hipnotizada. Por tal de pasar un segundo contigo no me hubiera importado siquiera lanzarme a los brazos del mismo Lucifer. Ahora, una cúpula llena de burbujas explosivas nos cubría. Por una que desapareciese un infierno se desataba. Palabras que aunque superficiales solo eran dañinas para ambas eran disparadas sin piedad alguna. Pero como quien dice; después de la tormenta siempre llega la calma.
Porque no queríamos estar solas. Porque ahora nuestros cuerpos eran dependientes el uno del otro y nuestra alma era puro eco si no tenía cerca a su igual.
Por momentos como esos todo por lo que pasabamos valía completamente la pena. Esos momentos en los que cada uno de tus besos estremecía mi cuerpo. Esos momentos donde tus manos sobre las mías, el roce de nuestras figuras, la melodía de sutiles gemidos, me hacían sentir en el paraíso. Donde podía explorar una y otra vez tu cuerpo y nunca cansarme. Esos segundos eternos son los que atesoro. Y aunque todo se este desmoronando, nunca me separaría de tí. Porque le temo a la soledad. Una soledad en la que no podría verte, ni sentirte. Porque no sabría cómo vivir sin ti. Porque incluso hasta los momentos más dolorosos, me son adictivos si estoy contigo...
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Dependency [Wheesun] mini OST
Short StoryIncluso los momentos más dolorosos me son adictivos si estoy contigo.