Capítulo único

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   La temporada de verano había llegado y se palpaba la alegría en la casa de Matsuda-san. Ya que sus sobrinos: Souichi, Tomoe y Kanako llegaron de visita dándole una muy agradable sorpresa a la mujer; también estaban Morinaga, el amigo de Sou-kun, que ya era uno más de la familia, y Kurokawa, el esposo de Tomoe.

   Matsuda-san había pedido a Souichi que le ayudara a limpiar el ático de su casa, ya que por su edad le era complicado hacerlo sola; Morinaga aprovechando el verano y que tenía una semana de vacaciones, hizo lo primero y lo único que se le vino a la mente; volver a Nagoya para estar con Sempai a quién ya extrañaba muchísimo.
 
   La soleada tarde de agosto transcurría con tranquilidad, entre charlas, risas y jugo fresco hasta que se escuchó un fuerte estruendo y un grito. —¡¿Qué pasó?!— preguntó Matsuda asustada desde la cocina, —¡¡Nii-san!!— gritó preocupado Tomoe al ver que el piso del ático había cedido y Souichi había caído estrepitosamente, el pelilargo aún se encontraba tirado en el suelo, cubierto de polvo y con varias cajas a su alrededor, incluso algunas estaban sobre su cuerpo mientras trataba de recuperar el aliento ya que el golpe le quitó el aire.
—¡Sempai! ¿Estás herido?— preguntó asustado Morinaga, él y Tomoe ayudaron a Sou-kun a pararse mientras sacudían sus ropas. —Cof cof cof... Sí, estoy bien— dijo el pelilargo, —¿Mis anteojos?— preguntó al notar que ya no tenía las gafas puestas mientras lo acompañaban a la sala. —¡Aquí están! Parece que no se dañaron— exclamó Kanako al encontrarlas, —Ay, Sou-kun... Lamento que esto haya pasado. Sé que la casa ya es vieja pero no creí que el techo estaría tan débil— dijo muy preocupada Matsuda mientras le daba un vaso de agua a su sobrino, —No te preocupes tía. Prefiero haber sufrido el golpe yo, a que tu salieras lastimada si hubieras subido— respondió Souichi restándole importancia al asunto; —Está bien, cariño. Pero no volverás a subir, al menos por hoy. Primero debo revisar las cajas que han caído y limpiar la mampostería rota que hay por todo el pasillo— agregó la mujer. —No se preocupe, tía— dijo Kurokawa —Yo, Tomoe y Morinaga limpiaremos— agregó, Tomoe y Morinaga asintieron con decisión.

   El atardecer llegó, el pasillo ya estaba limpio y sólo quedaba revisar el contenido de las cajas. Matsuda-san al abrir la primera caja, la invadió una gran nostalgia; tomo un álbum de fotos que había allí dentro y comenzó a pasar las páginas mientras las lágrimas empezaban a agolparse en sus ojos, al encontrar la fotografía que buscaba, le extendió el álbum a su sobrino mayor. —Hana-san estaba tan radiante ese día— dijo con cariño, Souichi dibujó una sonrisa triste en su rostro al ver la foto; era de la boda de sus padres. —Ella siempre fue hermosa— dijo suavemente a medida que comenzaba a pasar las páginas del álbum, Tomoe y Kanako se colocaron a los lados de su hermano mayor para ver las fotografías también.

   Matsuda sacó algo más de la caja que estaba repleta de libros, adornos, maquillaje y fotografías en marcos, ella sacó un cuaderno al que inmediatamente reconoció como el diario que Hana comenzó a escribir cuando fue hospitalizada, pasó sus páginas rápidamente porque no veía correcto leer las intimidades de su hermanita a pesar de que hayan pasado tantos años desde su fallecimiento, en un momento algo saltó de entre las hojas, era un sobre, al tomarlo ella vio con sorpresa que estaba dirigido a Souichi-kun, así que le llamó para entregarle dicho sobre. —¿Mamá dejó esto para mi?— preguntó Souichi confundido, él sabía de la existencia del diario, ya que cada vez que iba a visitar a su madre la encontraba escribiendo, pero el hecho que le dejara una carta era desconcertante; —Amm... ¿Tía podría leerla usted?— pidió el pelilargo, —Claro, cariño— respondió afable Matsuda. La carta decía lo siguiente:

Mi pequeño Souichi:

   Siempre fuiste tan fuerte, tan determinado con respecto a tus sueños y tan dedicado a proteger a tus hermanos.

   Lamento abandonarlos de esta forma. Creí que me iría en el atardecer de mi vida, cuando todos o alguno de ustedes tuviera su propia familia. Así que Souichi, mi león, te pido que seas fuerte una vez más. Necesito que seas fuerte por tus hermanos que seguramente se despertarán en las noches llamándome en sueños; sé fuerte por tu padre, porque mi partida hará que pierda el rumbo y tu tendrás que enseñárselo.

Mi pequeño Souichi    [KSB - Oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora