Capítulo 1

41 1 0
                                    

Estaba corriendo intentando capturar a la pequeña mariposa que revoloteaba entre las flores de mi jardín, siempre me habían gustado las mariposas a veces pensaba como sería ser una de ellas, papá decía que ellas eran como el viento aparecían cuando querían y desaparecían justo como aparecían, corría entre las begonias y las rosas de mamá pero había olvidado que mamá había colocado una gran piedra para separar a sus tulipanes de sus violetas, tropecé con la enorme piedra cayendo sobre mis rodillas, con un grito ahogado, sentí un ardor que envolvía mi rodilla izquierda.
- ¡Ay! Mi rodilla. ¡Papá! ¡Papá!
Papá apareció por la puerta con su delantal favorito para cocinar carne y con su típico gorro de chef.
Me miró preocupado para luego darme una suave sonrisa que solo los padres saben dar.
- ¿Qué pasó princesa?
Con la respiración entrecortada por el llanto y las lágrimas nublando mi visión contesté en un sollozo. - Mi... mi... mi rodilla.... me caí.... quería a... atrapar..... u... una.... ma... mariposa.
Papá soltó una leve risa. - Esta bien, cariño,  ya no llores, traeré el botiquín para curarte.
Asentí mientras las lágrimas calientes caían por mis mejillas.
Después de un rato papá volvió con el botiquín se arrodilló hasta quedar a mi altura, sopló suavemente en mi rodilla para quitar la tierra, para después darme suaves besitos en la rodilla, una suave risa se me escapó.

Desperté al oír la suave pero firme voz de mamá diciendo que me levante, suspiré pesadamente, otra vez había soñado con papá, ya han pasado 6 meses y aún no supero su pérdida, él era la persona más importante de mi vida, mi infancia creció gracias a él, mamá había insistido en llevarme con un psicólogo pero me había negado rotundamente, no estaba loca solo extrañaba a mi papá.

Bajé las escaleras mientras sentía el olor del café llenar mis fosas nasales, cuando entré a la cocina mamá estaba de espaldas a mí y podía deducir que intentaba cocinar panqueques por la bolsa de harina tirada en el suelo, sonreí y supuse que tendría que comprar algo de camino a la escuela, papá era quién cocinaba el desayuno, almuerzo y cena, mejor dicho todo.

- Buenos días, mami - saludé abrazándola por detrás.

- Buenos días, cariño, siéntate el desayuno ya casi está listo.

Solté una carcajada pero tapé mi boca con ambas manos cuando me di cuenta de lo que había hecho.

Mamá se volteó y me miró arqueando las cejas. - No hace falta que te burles he estado tomando clases de cocina.

Mordí mi labio inferior tratando de contener la risa.

- Lo siento mamá, pero sabes que la cocina no es tu fuerte.

- Lo sé - rió - En la mesa está mi cartera para que te compres el desayuno.

Me acerqué a ella la abracé y besé su mejilla.

- Te enseñaré a cocinar panqueques y así podremos desayunar juntas.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo. ¡Adiós mamá!

Salí de la cocina y tomé de la cartera de mamá 10 dólares.

- ¡Adiós cariño! Te amo. 

Escuché cuando estaba por abrir la puerta.

- Y yo a ti - grité de regreso.

Me senté en el porche de mi casa esperando a Lucía quien me había dicho que vendría por mí,  un viento helado golpeó mi rostro,  busqué en mi bolso mi bufanda, siempre la llevaba en caso de emergencia, era de esperarse que comenzara a nevar pronto, podía reconocer esos vientos donde fuera.

El claxon del auto de Lucía hizo que levantara la mirada de mi bolso y diera como perdida a mi bufanda.

- Hola nena, este frío es un asco ¿no?

Asentí mientras frotaba las palmas de mis manos intentando generar calor.

- ¿Estudiaste para trigonométria?

- ¿Qué? - preguntó mientras se detenía en una luz roja y buscaba a tientas su labial - Ah ¿trigonométria? ¡Claro que estudie! Necesito salir bien, no puedo volver a suspender.

- Bien - Guardé silencio.

- Hoy te noto más callada de lo normal ¿estás bien?

- ¿Qué? Si, solo estoy algo distraída

- ¿Soñaste con él otra vez?

Lucía era la única que sabía de mis sueños con papá, había intentado contárselo a mamá pero cada vez que mencionaba a papá me acariciaba el cabello y decía que debía superarlo...

When My Dreams Come TrueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora