Desperté por un incesante ruido.
Tomé mi almohada, aún con los ojos cerrados, y la pase sobre mi cabeza, intentando tapar mis oídos, y olvidarme de aquel ruido desagradable.
Que desgraciadamente ocurre todas las mañanas.
La mayoría pensará que es el despertador, pero no. Bueno el despertador lo arrojaría hacia la pared y problema resuelto, pero esto, por más que lo lanzara hacia cualquier lado o presionara algún botón, no se rendiría, hasta verme fuera de la cama.
Bufé, y levanté un poco la almohada, observando a la causante del desesperante ruido.
— Zoe deja de hacer chocar esos sartenes — Le hablé irritada.
La miré molesta. Pero ella seguía haciendo ruidos con esos estúpidos sartenes.
— No hasta que te levantes, pequeña — Me animó Zoe.
Suspire, ¿Qué tiene que ver mi metro cincuenta?
— No, quiero descansar — Fije mi mirada en la de ella, para ver si cambiaba de opinión, pero no hubo ningún cambio.
Luego de eso, hundí mi cabeza en la almohada.
— Vamos — Se recostó sobre mi cama — Adeline, ya son las 10 de la mañana.
— ¿Y eso qué? — Le pregunté incrédula — ¿Acaso la hora controla mi momento de salir de la cama?
Odiaba depender del uso de la hora, en vez de ser como una ayuda era más como una obligación.
— No nada de eso — Me respondió dulcemente — Es que haré tu desayuno favorito, así que levántate para cuando lo comas la temperatura sea la adecuada.
— No hace falta, no tengo hambre — Le comenté.
Me cubrí la cara con las sábanas.
— Adeline no, vas a tener que comer quieras o no. El desayuno es lo más importante del día, así que vas a salir de esa cama, — Me destapó, y yo estire mis brazos mirando el techo — Te quitarás ese pijama — Señalo mi pijama de unicornios — y te darás una ducha. Recuerda tu pijama a la lavadora.
— ¡Oye! — La miré disgustada, y me senté en la cama.
—Comerás tu desayuno, y sin quejas — Entorné los ojos, por su insistencia — Y si quieres, me acompañas a dar una vuelta, debo ir al supermercado a comprar algunas cosas.
— Bueno — Le sonreí, aunque seguía ofendida por lo de mi pijama.
Luego de aquella plática, ella salió de mi habitación.
Debo levantarme rápidamente — Pensé — Si no lo hago, volveré a dormir y Zoe me matará.
Apenas puse mis pies en el suelo, mi vista se puso borrosa, busqué mis pantuflas, éstas estaban en la otra esquina de mi habitación, caminé a paso lento y me las puse, volví hacia mi cama y la hice. Inmediatamente abrí mi armario, y observé con cuidado que ropa usar el día de hoy, hasta que encontré mi calza con diseño de galaxia y una polera blanca con la silueta de un lobo.
— Bien me pondré esto — Hablé con calma, mientras me veía en el reflejo del espejo, dejé la ropa sobre mi cama, y proseguí a buscar ropa limpia.
Ya con toda la ropa necesaria, me dirigí al baño a darme una ducha.
(...)
Me sentí extraña al bajar las escaleras, ¿quizás la ducha me afecto?
Al llegar al primer piso, Zoe me habló.
— Adeline, ¿no olvidas algo? — Me interrogó, mientras bebía té.
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Contra tus colmillos
Vampire¿Qué harías si al dormir, tus sueños se transforman en pesadillas del pasado?