Tu, angelito mío.

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Y te vi caer.
Ahí estabas tú, con los ojos cerrados.
Tu respiración profunda.
Quién iba a intuir que serías tú mi salvación.
Ángel de ángeles.
Que me vino a buscar sin alas.
Y te las construyo yo, así que ahora vuela.
Vuela alto y huye.
Que el mundo es muy pequeño para esas pupilas.
En las que cada vez que miras,
Escondes un paraíso de dioses.
Puertas del cielo golpeadas por el aire.
Y de fondo un arpa.
Banda sonora de paz y armonia.
Esa que creas cuando la noche parace de día.
Sigue inspirándome y respirándome cerca.
Antes de que nos consuma y se convierta,
En ceniza del infierno.
Me maquillaste con tu brillo creando arte,
En cada beso, en cada hueco, en cada nosotros.
Y te intente borrar,
Como quien elimina un verso que no rima.
Y me domina,
El ansia del destruirte, de crear oscuridad.
Pero parece imposible
Que consigas que todo mi odio acabe en rima.
Y nos haga ver,
Que hasta las nubes tienen formas perfectas.
Como esa peca
La de tu nariz, al fondo a la derecha.
Al lado de tu lagrimal, el que regala
Esas lágrimas de cristal que rozan
Mi rostro cuando yace pegado al tuyo.
Cuando las palabras parecen puñales.

TÚ, ANGELITO MÍO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora