ᴀɴɢʀʏ ɢɪʀʟꜱ | ꜱᴀᴛᴢᴜ ᴀᴜ [ADAPTACIÓN]

𝐕𝐈

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El tiempo que pasaba con Sana era intrigante, acogedor y apasionado. Ella solo lograba sacar lados de mi personalidad que yo no sabía que estaban allí en la espera de un escape.

La sospecha de que Momo en realidad tuviera sentimientos por mí, no eran del todo una "sospecha". Recordando situaciones que, de alguna manera había pasado por alto, entendí que existía la posibilidad de que eso fuera cierto. Por lo tanto, la idea de la fiesta no era para nada atractiva. Teniendo en cuenta que ahora Sana y yo estábamos juntas; que Sana sentía celos de Momo y que ahora Momo podría sentir algo por mí. Lo que aún no me tenía del todo convencida.

- Tenemos que ir - replicaba Sana - es necesario - dijo cruzándose de brazos.

Y yo solo pensaba que era una tonta idea, que podíamos simplemente pasar el día juntas y, sobretodo, solas. Pero era algo que no podía admitir en voz alta, por algo relacionado a la timidez y razones equivocadas, como que Sana pensara que solo la quería en mi cama, lo cual en parte era cierto, pero agregándole sentimientos y emociones recién salidos de donde sea que salgan las emociones.

- ¿Por qué es necesario? - pregunté sin entender aun.

- Las personas tienen que saber que ya no estás disponible - me dijo.

- Me parece que las personas ni siquiera sabían que yo estaba disponible en primer lugar - le dije sonriendo - ¿no te da miedo que los demás se enteren que sales con una chica?

- ¿Y a ti? - me preguntó.

Me quedé en silencio unos minutos.

Lo pensaré ¿está bien? - Ella asintió - es todo muy rápido.

- Si, entiendo - dijo y antes de que bajara la mirada, la besé.

- Sana, date prisa - le decía por cuarta vez - ¿qué tanto haces? - pregunté exasperada.

- Quiero verme bien - escuché desde el otro lado de la puerta.

- Siempre te ves... - y enmudecí al verla salir, porque "bien" no era la palabra correcta.

- ¿Y bien? - Preguntó - ¿Cómo me veo?

- Me parece que he llegado al paraíso - dije.

Caminé hacia ella y la abracé.

- ¿Aún quieres ir a la fiesta? - Pregunté mientras daba besos cortos en su cuello.

Ella suspiró, pero para mi sorpresa dijo que sí.

Solo pude reír.

El club estaba a unos 10 minutos caminando y para mí era una eternidad de camino.

- No está tan lejos Tzuyu - Replicaba - Vamos.

- No quiero caminar - dije mientras salíamos a los pasillos.

A mitad de camino, harta de los piropos hacia Sana, en un ataque de valentía y celos, tomé su mano.

Ella me miró sorprendida y apretó su mano a la vez que me sonreía.

- Estás hermosa - dijo - y celosa aún más.

- No estoy celosa - repliqué volviendo mi vista al frente.

El club estaba empezando a llenarse, era una especie de local subterráneo lleno de luces de neón.

- Solo para que sepas, me encanta este lugar - me dijo al oído.