Adrien amaba las estrellas.
Quizá porque eran su única compañia durante las silenciosas noches en su fría casa, a la que ni siquiera podía considerar hogar.
Y porque eran simplemente hermosas y también sus amigas. Les contaba sus secretos y anécdotas que eran incapaces de ver durante el día, y ellas, lo escuchaban atentamente sin reprochar. No juzgaban a nadie.
Se sentía genuinamente cómodo cuando era el centro de su acogedora atención.
Les sonrió por última vez, antes de cerrar las puertas de su balcón y volver a la oscuridad de su habitación.
Debía prepararse para una fiesta.
Una fiesta a la que realmente no quería asistir.
Marinette era una buena amiga. Siempre había estado para él y lo había apoyado en todo. Sin embargo, la mayoría de veces era poco perceptiva. Adrien odiaba cualquier tipo de lugar que involucrara alcohol y personas comiéndose la boca a donde quiera que miraras.
Prefería un millón de veces el silencio, el infinito azul del cielo, y las estrellas.
Sobre su oscuro tocador sobresalía el brillo neón de una pintura, con el que planeaba sacarle una sonrisa a la chica.
Lo que las estrellas jamás podrían regalarle.
Finalmente tomó el pincel, lo llenó de neón y se dibujó una pequeña estrella en la esquina de su ojo izquierdo. Sus ojos brillaron. Sin pensarlo un segundo más trazó un camino de otras estrellas de diferentes tamaños en un leve espiral, dando total libertad a su mano para hacer el espiral más fluido.
Adrien sonrió con el resultado. Parecía una constelación.
—¿Estás listo? —preguntó Marinette desde la entrada del apartamento. El rubio se apresuró a acomodar el pincel y alejarse torpemente de pintura.
Un pensamiento de arrepentimiento surcó su mente. La chica había usado la llave de repuesto justo en el momento equivocado.
Intentó esconder toda evidencia de que estuviera interesado en aquella pintura fluorescente, pero claro que encender la luz fue la única –y más importante – acción que se había olvidado de hacer.
—Ya debemos irn...- Oh. —la chica esbozó una sonrisa al ver a su mejor amigo pintado en estrellas, y preparado para ir a la fiesta. —Me alegra que la hayas usado.
Su amiga usaba un vestido rojo oscuro, unas zapatillas negras y se había dibujado un corazón a ambos lados de sus labios. También sobre sus párpados usaba la dichosa pintura.
—Solo la estaba probando, ya sabes...
—Está bien. Solo vámonos. —respondió ella aún sonriendo, dando media vuelta y dejando a Adrien con las palabras en la boca y un puchero en su cara.
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✫°⋆.꙳|Stars|꙳.٭°✫ [Lukadrien]
Fanfiction¿Te has detenido a mirar la verdadera belleza en las estrellas?