ιи му мιи∂

250 9 10
                                    

"La victoria es para... ¡Ice Climbers!"

Se escucharon aplausos y los saltos de emoción por parte de los mellizos no se hicieron esperar, los combatientes del segundo y tercer lugar aplaudían la victoria de los esquimales, a excepción del último combatiente. Sus castaños ojos se concentraron en los ganadores del combate, más específicamente en la esquimal de rosa, su sonrisa adornada por una ligera tonalidad rosada en sus mejillas hicieron que sus propias mejillas se tornasen rojas, desvío la mirada para proceder a sonreír y aplaudir como normalmente lo hacía, su mirada y la de ella se cruzaron por un par de segundos, su corazón comenzó a latir rápidamente al ver como la esquimal caminaba hacia el con una ligera sonrisa.

—Estuviste increíble allá Villager, sé que podrás ganar el próximo combate.

Aquellas palabras llegaron a sus oídos acompañadas de la dulzura y sinceridad de un abrazo, se sorprendió pero no le molestó para nada aquel gesto, y antes de poder corresponder al abrazo, la esquimal se apartó de él, sonriendole ligera y cálidamente, con torpeza, atinó a imitar el gesto de la chica, sintiendo una vez más sus mejillas teñirse de rojo.

—S-sí, gracias Nana.

Titubeó apartando la mirada a la vez que rascaba nervioso su nuca, tal parecía que su actitud enternecia a la esquimal de rosa parada frente a el. La princesa Peach y Corrin, quienes habían llegado en segundo y tercer lugar respectivamente, miraban con ternura aquella escena, mientras el esquimal de azul veía desde lejos con la necesidad de interferir en aquel acto tan cursi, pero las palabras de su hermana habían sido claras, "ni se te ocurra meterte en lo que no", no lo haría por más que quisiera, quería evitar un martillazo en la cabeza por parte de su hermana, gracias.

.  .  .

Por más que trataba de sacar aquel recuerdos de su mente, siempre volvía, como si de una película en repetición se tratase. Se dejó caer sobre su cama con desgano, cubriendo su sonrojado rostro con sus manos, la sonrisa y la sensación de calidez de aquel abrazo seguían presentes, era como si hubiera pasado hace unos segundos cuando había pasado hace una semana. El aceptar que alguien le gustaba nunca había sido de su agrado, incluso la idea del amor y romance le parecía patético y una perdida total de tiempo, pero en ese momento parecía que todo era una horrible equivocación. Sí, el amor era complicado de entender, aceptar, te quitaba el sueño, hambre y te distraía, a veces dolía y a veces te sentías más dichoso que nunca, pero a pesar de todos esos defectos de dicho sentimiento, para él, parecía ser la mejor de las sensaciones en toda su vida, el amar a otra persona... Sólo que aún no lo iba a aceptar.

Por otro lado, a Nana le parecía más que adorable e inocente el hecho de que el joven alcalde se pusiera nervioso con su presencia desde hace unos días, en un principio creía que era por simple incomodidad, pero cuando empezó a llevarse mejor con las aldeanas del mismo universo que el castaño, ellas hacían burlas o bromas sobre que Villager gustaba de ella, aquellas bromas le parecían graciosas y hasta absurdas, pero con el pasar de los días se daba cuenta de que las actitudes que tomaba el castaño con ella, desde una simple sonrisa hasta entregarle una flor, hacían llegar una sensación de emoción y calidez, pronto el pensar que era absurdo se convirtió en ilusión de que Villager pudiera sentir algo por ella. Y por más que quisiera negarlo, se había enamorado de aquel chico castaño aficionado por las hachas.

.  .  .

—¡Cuidado chicos! -gritó a lo lejos Ness haciéndole frente al campeón Hyliano.

Las batallas en equipo eran más un medio de entretenimiento y entrenamiento. Los esquimales se percataron de la voz del psíquico de Onett, esquivando el ataque de la estratega albina.

ιи му мιи∂ || иαиιℓℓαgєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora