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La mañana fue horrible, un caos total.
Caroline había aprendido a restar, o eso creo yo, ya que me recordaba a cada momento que solo me quedaban treinta días; enserio ¿Qué estupidez era esa? Recién había comenzado el maldito juego y ya me estaba cabreando de su 'seguimiento' no quiero imaginarme como seria en un tiempo más.
Joha estuvo toda la mañana 'feliz como una lombriz' y Cath andaba por las mismas; y cada vez más las sospechas de que esas dos se traían algo entre manos me carcomían por dentro. ¡Incluso! A Cath no le importo compartir equipo con Namjoon; eso, eso si que fue asombroso.
El resto de las clases las puedo definir con dos palabras: asquerosamente aburridas.
Llegue a mi habitación, tire mi bolso a un lado y me desparrame sobre mi mullida cama, que ahora más que nunca, amaba con todo mi corazón.
Lista de imperfecciones, por Jung _____.
Ese era el titulo que tenía el pequeño papel rasgado que reposaba sobre mi libreta. Me quede pensando mientras golpeteaba con el lápiz la superficie donde se encontraba el papel. Hum, ¿Cómo empezar? Ahora que debo pensar, no se me ocurre ningún defecto de el, algo encontrare, después de todo tengo un mes completo para esta locura.
- ¿Qué es eso? - Preguntó mama sentándose en el borde de la cama tomando la hoja entre sus manos - 'Lista de imperfecciones, por Jung _____' - leyó - ¿Qué juego es este, querida? - y algo tenía que inventarle a mi madre, la fan numero uno de Kook.
- Oh, ehr - le arrebate la hoja cuidadosamente y carraspeé - No es nada, tu sabes. Cosas de chicas - le dije sonriendo angelicalmente.
- Esta bien - dijo rodando sus ojos, no creyendo nada de lo que dije - Es hora de que me vaya, acuérdate de tu hermano _____ - me dijo meneando sus dedo índice de arriba abajo -Adiós - besó mi frente y se fue.
Hope, como si pudiera olvidarlo.
Suspire y me levanté de mi cama dejando la libreta en el buró, el papel lo escondí entre las hojas. Si Kookie llegara a ver 'la lista', se armaría una grande y todo por culpa de este maldito juego.
- Estamos solos - dijo Hoseok apareciendo de las penumbras, entorne mis ojos y abrí el refrigerador para buscar algo que me alimentara, mi estómago estaba haciendo muchos ruidos extraños - ¡¿Me oíste? ¡Estamos solos! - chilló con voz de niña. Me giré y lo miré cansinamente.
- ¿Y...? - dejé la pregunta suspendida para que la completara ¡¿Por qué demonios hacia tanto alboroto?! Mamá y papá recién habían salido ¡Ni siquiera llevaban diez minutos fuera! Y todo porque les hacía falta 'pasar tiempo juntos' Me estremecí ante la idea de lo que harían.
- ¿Quién me dará de comer? - preguntó haciendo un puchero y trazando círculos en su panza. Resople y saque el doble de zanahorias, lechuga y queso - ¿Me harás? - me preguntó entusiasmado.
