Capítulo 2

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  Esa noche ninguno de los dos pudo dormir como lo hacían el resto de los días, algo que no entendían los dejo despiertos, ambos estaban pensando en ir con el otro para comentar lo ocurrido ese día, para saber si el otro había tenido los mismos lapsos, pero algo los detuvo. Miedo.

  A la mañana siguiente, ya que ninguno pudo dormir se levantaron antes de lo previsto, haciendo que Nathalie, en su respectivo traje negro, se encontrara con su jefe al dirigirse a la cocina por su café matutino, pero al llegar al la misma notó algo diferente en su jefe, él se había vestido de una manera diferente a la habitual, nada de ese saco color crema y corbata a rayas. Él vestía un saco color carmín, y debajo de este una camisa color negro, unos pantalones del mismo color del saco y unos zapatos del mismo color de la camisa, Nathalie estaba sorprendida, el traje que traía parecía nuevo y hacia resaltar los ojos de él de una manera un tanto peculiar, había pasado más de un año que no lo veía vestido de una manera diferente al saco aburrido que le recordaba viejos momentos de tristeza y alegría con su fallecida mujer, abrió un poco su boca en señal de asombro y la cubrió con su mano derecha, un pequeño rubor se formó en su cara cuando admiro a Gabriel, el cual al sentir la mirada atenta de su asistente sintió su corazón palpitar tan rápido y fuerte que creyó que se le escaparía del pecho, él no reconocía nada de lo que pasaba entre ellos, la pelinegra reaccionó despues de que Gabriel la llamara un par de veces, era obvio que estaba sorprendida por su cambio de look, pero se supone que ella ya sabía que el mismo sería ese día y que sería temporal, hoy tenía que asistir a una gala en la tarde, la cual duraria hasta altas horas de la noche, Nathalie si se acordaba de esta gala, pero pensó que el se cambiaría en la tarde y no a esas tempranas horas de la mañana.

  Nathalie se acercó un poco más a su jefe, y con la voz temblorosa por la sorpresa misma de su jefe en esos ropajes.

- Bue... Buenos días, Señor... ¿Necesita algo?-

  Ella no procesaba lo que decía, y con lo poco de tranquilidad que pudo agarrar dijo eso, pero sonaba extraño en la mente de Gabriel, ¿acaso él siempre necesitaba de ella?, la respuesta resulto ser certera, ya que al poco rato él respondió

-Si, en... en realidad necesito que me hagas...-

  Él no creía en lo que iba a decir, las palabras no brotaban de su boca, ella esperaba atentamente la continuación de su jefe, el cual

-Nathalie, necesito que me acompañe a la gala.-

  Él esperaba sorpresa por parte de la mujer, pero al notar que esta simplemente afirmó a la propuesta de su asistencia denotando que ya sabía que iría acompañando a el hombre como su asistente. Gabriel había fruncido el ceño, él no quería que fuera como su asistente, a pesar de serlo quería que fuera de su acompañante, él sabía que ella era conocida por parte de todos como la seria secretaria de uno de los diseñadores más grandes de Paris, pero no le cabía en la cabeza esto, por su parte Nathalie estaba un poco sorprendida cuando su jefe, Gabriel, le comentó al respecto, él sabía de ello, ella casi siempre lo acompañaba a esta clase de eventos, suspiró y se dirigió a la habitación de Adrien para hacerle despertar, el cual para su sorpresa se encontraba listo para ir a su instituto.

  Nathalie se dirigía al despacho de su jefe para avisarle de sus deberes del día, pero alguien la tomó del brazo, ella se sintió rara y reaccionó con un poco de premura, golpeando así a su jefe en la mejilla, al darse cuenta de la situación, ella apenada lo tomó de la mejilla que había golpeado "accidentalmente" le acaricio suavemente el área rojiza por el golpe propiciado, y con nerviosismo preguntó a su jefe si se encontraba bien.

  Gabriel había visto salir de la habitación de Adrien a Nathalie, así que, con el objetivo de proponerle que lo acompañe a la gala se dirigió a la mujer y la tomó del brazo, pero no esperó que reaccionara de esa manera, era poco creer el ardor que sintió en su rostro fuese provocado por aquella delicada y fría mujer, él se quedo inmóvil en ese momento, hasta que sintió las cálidas manos de Nathalie, su corazón latía con fuerza y los pensamientos eran miles en ese momento.

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