Notas del autor

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Aquí mi primera confesión: Me parecía realmente patético y hasta mundano que existieran tantas variedades de opiniones respecto a algo tan sencillo como el amor. Y la manera en que los humanos se lo tomaban me hacia sentir una rabia inexplicable y ganas de reír todo el día. Era algo así : grandísimo idiota, ella esta ahí, deja tus estupideces, y bésala de una buena vez. O el otro extremo: ya déjalo, niñata, ¿NO CAPTAS? No va a funcionar. Supéralo. Tus planes con dos hijos incluidos y una casa en la montaña están frustrados.

Y la primera regla básica para ti: no se puede hacer nada cuando los planes del Universo están hechos. No sirve, no es para ti. Sigue tu camino. Y si te lo están estampando en la cara, no te hagas el idiota y tómalo. No lo sueltes.

Suena sencillo. O así es lo que al menos parece.

Pero estoy de este lado; una cosa es lo que se ve desde la superficie, y otra, realmente estar en el fondo y tragarlo. Eso no lo entiende todo el mundo.

Una finita sección del universo esta formada por esa parte sensible y poblada de los sentimientos humanos. Cuando el Universo mueve sus engranajes para realizar cualquier hazaña al favor humano, esta parte se mueve con ella, y los resultados pueden ser que una bomba te explote en el pie y te destroce, o que el amor de tu vida por fin se enamore de ti.  Aquí no hay favoritos, ni milagros, ni mucho menos destino, solo es el Universo en movimiento, a su manera, dándose sus grandes anchas, y las cosas son como ella mande. Y tienes que seguirle el ritmo, porque sino, te perderás de muchas oportunidades en tu corta vida. Y ahí esta la cuestión: cuando ella se fija en ti, y obra en tu causa, ya queda en tus manos si espabilas o si te pierdes de todo lo que te tenÌa preparado.

En todos mis años manejando esta parte de los sentimientos humanos, poniendo todo en su lugar para que mi jefa, el Universo, actúe, no había visto ni vivido algo como lo que experimenté con dos personajes de esta historia. Pero no me adelantarÈ mucho. Solo diré que mi opinión respecto a cómo los humanos se desenvuelven en el espectro del amor cambió bastante. Porque logré estar allÌ por primera vez (no ser solo una simple espectadora) y sentir lo que Erick y Celeste padecieron. Sí, suena a enfermedad, sin embargo, resulta ser que las historias trágicas y con finales felices existen en las películas, aquí no, y es lo que el Universo y yo, te haremos entender como sea: en las historias románticas NUNCA hay un final feliz con orquesta y animalitos, y el chico forrado en billetes verdes que te soluciona la vida. No amigo. Si estas buscando eso, éste libro no es para ti. Detente. No sigas leyendo. Esto tampoco lo leas. Corre a ver tus películas baratas con el castillo al final en todo su esplendor, y el respectivo *THE END*, fulgurando con florecitas a los costados.

Si sigues conmigo, muy bien, gracias por darme esta oportunidad. Créeme que haré todo lo que esté en mi mano para que te conviertas en el ser mas realista, cínico, pero humano, que exista. (son las normas de la jefa).

Contemos estrellasWhere stories live. Discover now