Parte I: El principio

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Otra noche oscura, con un viento caliente y húmedo, una de esas noches en las que a nadie le gustaría andar solo, pero, eso no era problema en esta ciudad, en la que vivía poca gente. Difícil de encontrar en los mapas, la mayoría de las personas que vivían allí era porque habían nacido ahí y ahí se quedarían, como lo habían hecho sus generaciones pasadas.

Ésta era una ciudad extraña, había algo en ella, en su aire, que te hacía poner la piel de gallina o que te faltara un poco el aire, aunque, eso no era excusa para los habitantes del lugar y menos para esta chica.

Ella, quien salía muy poco de su casa, lo hacía diariamente para ir a estudiar o para hacer un recado asignado por sus padres, pero no por su propia cuenta.

Hoy, era una de esas noches, volvía de la escuela, por el mismo camino y la misma hora de siempre, cuando anochecía. Parte de la caminata la ponía nerviosa, quizás era la oscuridad, quizás era el viento que soplaba, muchos quizás, pero había algo en esa ciudad que no la dejaba dormir tranquila. La sensación de que su camino se hacía cada vez más largo estaba siempre presente, todos los días.

Solo faltaba la mitad del recorrido para llegar a su hogar, pero, ¿por qué sabía esto? Porque siempre pasaba por una tienda de instrumentos, solía pararse a mirarlos, pero ya no lo hacía, los instrumentos eran los mismos de siempre.

Al pasar por la tienda, echó una rápida mirada al interior de esta, la costumbre pensó, cuando desvió sus ojos, algo captó su atención, era un chico, no lo conocía y estaba completamente segura de que conocía a cada habitante de la ciudad, el muchacho pareció darse cuenta de su mirada ya que él también la miró y le sonrió. Iban en direcciones opuestas, no pudo evitar mirarlo a los ojos, y al parecer, él tampoco. Ese "momento", no duró más de 10 segundos, ya que cada uno, se fue por su camino, ella pensando en quien era el chico y él pensando en quien era ella.

NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora