15: Promesa en el peligro

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Ellie

Necesito recuperar a mi esposo.

Arropo a Analy en la habitación contigua a la nuestra, dejándola dormir en la cama con su habitual profundo sueño, me acerco a la perilla de la luz y la apago. Cierro despacio la puerta, entonces noto que nuestro camarote también se encuentra con las lámparas sin encender. Dean no quiere ni mirarme a la cara y tiene razón. Me recuesto en el colchón al mismo tiempo que me tapo con las sábanas, viendo que mi marido me da la espalda.

Aunque sé que no está dormido.

―¿Qué va a pasar con nosotros? ―le pregunto y espero contestación pero no lo hace ―Dean... ―Me acerco arrimándome a su espalda ―yo te amo.

Se sienta apartándose de mí, me mira de refilón, continuando con su enfado. Su mirada demuestra toda la ira que quiere decirme, pero bufa y solo expresa unas simples palabras que igual me duelen.

―No seas hipócrita, Ellie.

―No me crees, pero es verdad ―digo triste con mis ojos a punto de humedecerse y ya con dolor de garganta por aguantarme el llorar.

―Si me amaras no me traicionarías ―Ahora me observa directo y eso hace que me sobresalte.

Bajo la vista, ya que no puedo mantener la mirada.

―No quería hacerlo, no deseaba mentirte, puede que haya pensado en llevarme el secreto a la tumba, pero igual sentí mucha culpa, la verdad no lo disfrute para nada, volví a sentirme como un objeto como los viejos tiempos.

―¿Por qué debería creerte? Te fuiste más de una vez con él ¿Y quién me asegura que no lo harás de nuevo? Dime, porque la verdad ya no creo en tus palabras, no sé ni si puedo darte el beneficio de la duda.

Se mantiene callado observándome cuando comienzo a hablar, no hace ni un minúsculo movimiento, me presta mucha atención.

―Pues... Jayce no se compara contigo, ni siquiera cuando me llevó a una galería e hizo que un pintor me retratara, podrá ser un gesto muy bonito, pero no compite con las veces que pasaste acompañándome a museos o cuando en las noches te has quedado conmigo mientras dibujaba. No hay comparación con los días divertidos en los que nos quedábamos riendo y viendo películas e intercambiando opiniones, nosotros tenemos algo especial, tú eres especial para mí, tú... ―Suspiro sintiendo tristeza ―tú sí piensas en mí, me consideras, me acompañas, tú haces de todo y yo... no te merezco, pero no puedo dejarte, soy demasiado egoísta para considerarlo.

―Ellie...

―Yo te amo, Dean ―Alzo la vista y la intento mantener lo más que puedo ―, y si crees que amo a Jayce, estás equivocado ―digo llenándome de ira ―, yo lo odio.

―Lo que dices no tiene lógica.

―Me acosté con él por varias razones, una, no quería morir y dos, deseaba volver a ese maravilloso pasado que nunca existió, y antes de que digas de que no te incluyo en mis fantasías, te quiero aclarar que sí estás, pero en las buenas, en la reales, no en esas falsas promesas del pasado, porque si realmente Jayce me quisiera, se la hubiera jugado por mí, no se hubiera ido, no intentaría matarme, y si sigue insistiendo te juro que seré yo quien lo asesine ―dictamino y suspiro nuevamente ―. A mí también me está cansando todo esto.

―Me asusta lo que dices.

―Y a mí me asusta que todavía no haya tenido un arranque de ira ―expreso nerviosa.

Perversa Oscuridad: Mafiosa [#8]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora