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Por fin, la reunión había terminado.

- Oye, Coco, ¿Estás bien?

El mencionado giró al escuchar su apodo para encontrarse con el rostro de su hermano mayor y otros cuantos latinoamericanos. El ruso los observaba de lejos.

- Sí, sí. Estoy perfectamente.

Forzó una sonrisa, intentando despreocupar al veneco. El último levantó su mano con la intención de darle unas palmadas reconfortantes en el hombro, pero el colombiano se alejó velozmente, con una mirada de terror.

La nación chocolatera lo miró con confusión.

- ¿Qué pasó? - Dijo con el ceño levemente fruncido.

- Eh... bueno... t-tenías una... ¡Araña! ¡Eso!

- ¿Desde cuándo te da miedo una raquítica araña invisible?

El cafetero se removió, incómodo.

- Ja, no lo sé... no lo sé...

Las miradas de sus amigos estaban sobre él. Tenía miedo de que a alguno se le ocurriese darle un abrazo.

Antes de que cualquiera pudiera articular palabra, habló.

- Bueno... estoy ocupado, ¡Adiós!

Y huyó, dejando a todos con confusión.


Por otro lado, el socialista, al perder de vista al más bajo luego de esa situación, fue a su casa

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Por otro lado, el socialista, al perder de vista al más bajo luego de esa situación, fue a su casa.

Estaba intrigado por Colombia.

Las dudas y preocupaciones le abrumaban. ¿Desde cuando a el le importaba?

Necesitaba aire fresco.

Salió del edificio y, al instante, sintió el viento frío y violento golpear con su rostro. Eso le calmó.

Decidió tomar el camino largo hacia el Central Park.

Recordó cómo en las películas describían a Nueva York como un lugar mágico, casi irreal. En parte, era verdad. La ciudad tenía su encanto, pero no era como lo pintaban. Ciertas partes eran aterradoras, hasta para él.

Ya estando cerca de llegar, divisó que alquilaban bicicletas eléctricas. Se preguntó si a Colombia le gustarían esa clase de paseos.

Antes de pasar la calle que dividía el parque con el frío cemento, esperó a que una carroza pasase. Se sorprendió un poco, no había visto algo como eso.

Y entró. Era, realmente, un lugar gigante.

Habían muchas flores.
Y árboles de colores.

Las personas se recostaban en césped con tanta normalidad.

Más en el centro, gente tomándole fotos al lago.

El parque era lo único que si concordaba con las cosas maravillosas que contaban.

El colombiano entró apurado en su departamento, poniendo doble seguro a la puerta y verificando indicios de que alguien hubiese estado ahí antes de que él llegara

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El colombiano entró apurado en su departamento, poniendo doble seguro a la puerta y verificando indicios de que alguien hubiese estado ahí antes de que él llegara.

Se sentía morir y las manos le temblaban.

Intentó respirar, calmarse un poco.

El psiquiatra le había dicho que podía pasar. Que las pastillas para su problema podían dejar de hacer efecto en cualquier momento.

Algo dentro de él lo hacía estremecerse.

Le había asustado ver los carros pasar velozmente en la calle.

Donde todos veían vehículos de transporte, él veía monstruos desesperados por llevarse las vidas humanas.

Hace poco, Ecuador había ido a visitarlo. No fue el único en intentar verle, pero sí fue el único al que le permitió pasar.

Gran sorpresa se llevó el menor cuando vió que el pequeño hogar de su hermano estaba hecho un desastre. Ropas tiradas por doquier, loza sin lavar y polvo flotando en el aire. Era increíble que el cafetero, el que siempre había exigido mantener la casa medianamente ordenada, se encontrara en esas condiciones.

El más alto se metió en la cama nada más abrirle, cubriéndose con las sábanas. ¿Hace cuánto no se paraba?

- Cierra la ventana con llave, por favor. - Había dicho el tricolor desde su cama.

- Pero, ¿Por qué? Siempre te ha gustado que el apartamento esté ventilado.

- Porque si no la cierras me lanzaré por ella.

La nación del sur se había quedado perpleja. ¿Desde cuándo su hermano, tan alegre y lleno de vida, decía semejante cosa? ¿Desde cuándo?

Y si Ecuador hubiera tenido las agallas de preguntarle, la respuesta habría sido sencilla.

Su trastorno no era algo nuevo.
El pánico lo llevaba en sus venas desde mucho antes.
Desde muchísimo antes.

Pero había algo que lo había intensificado.

Pero había algo que lo había intensificado

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𝙿𝚊𝚗𝚒𝚌 🍒 -;;ᴿᵘˢᶜᵒˡᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora