OFF - Quédate

Capítulo único

Tenía amigos, Bateador tenía varios amigos con los que salir, para compartir unas copas, para jugar sus deportes favoritos, para hacer música, para ir a conciertos, para matar el tiempo. Pero tenía un hueco en el pecho que no podía llenarse con esos ratos agradables, podría ser un quisquilloso, pero simplemente no se sentía contento.

Llegó un punto en que el alcohol y los cigarrillos tampoco llegaban a aminorar el vacío, la borrachera y el sabor desagradable en su boca no eran suficientes, escribir sus pensamientos oscuros y llenos de odio contra su vida y la sociedad en forma de rimas se convirtió en una actividad apática, los ritmos que creaba dejaron de sonar como música para transformarse en ruido, en estática molesta que a pesar de agradar a los demás no le hacía cambiar de opinión de que fuera una completa basura.

Con el deporte sucedió lo mismo, su cuerpo inexplicablemente cansado era incapaz de realizar los ejercicios que solía amar tanto, el tener que concentrarse en la bola que sería lanzada por el pitcher del equipo contrario y él a la espera de ella, concentrándose en la dirección lanzada para batearla con la fuerza suficiente para tener el tiempo de correr y tomar la delantera en el juego y finalmente saborear la victoria y gozar el dolor de los músculos sobre exigidos que en el momento del juego no se dio cuenta que desgarró, desapareció.

No sabe porque se siente así, tan disperso y desinteresado de la vida, no sabe cuándo perdió sus sueños y el interés en cosas que solía amar y gustarle tanto. Su carente ánimo solo le permitía mirar con agrado el paisaje, sentado en soledad en el juego infantil del carrusel de fierros oxidados y con pintura cayendo a pedazos, ahí, por sí mismo disfrutando el olor de la mañana, fresco y carente de sonido, una simple actividad más que se acompañaba con latas de cerveza barata y la amargura de un hombre joven.

Siente de pronto como el carrusel se mueve provocando que la lata caiga de su mano y sus brazos se aferren al juego infantil para no caer, escucha una risa melodiosa a sus espaldas y se voltea a ver cuando la atracción pierde el movimiento. Observa al integrante más irritante de su grupo de amigos que sonríe abiertamente como si estuviera pasando por el mejor momento de su vida.

Cuando la risa cesa de su cuerpo, sin perder su buen humor  finalmente habló—¡Es muy temprano para beber alcohol, Mon ami! —Dice el intruso lleno de alegría para después ir a tomar asiento a su lado, estirando sus piernas huesudas cubiertas en un pantalón negro desgastado y dejando descansar su peso en sus brazos.

Una mueca calmada adorna su cara cicatrizada y la sonrisa se ensancha cuando se ven a los ojos.

「Por favor, quédate a mi lado」

—Para beber no hay horarios, Zacharie—Responde, profundamente sorprendido de no haberse molestado con el otro por hacerlo arrojar su bebida que ahora está a unos cuantos pasos de donde se encuentran descansando, con una mancha oscura en la tierra, el líquido había escapado del contenedor y había sido absorbido casi de inmediato por la tierra. Notó a su amigo cambiar su atención a la lata que estaba siendo la protagonista del punto de visión de Batter.

—Lo siento por eso, aun así no suena muy saludable.

—¿Que haces por aquí? —Preguntó de vuelta hurgando en sus bolsillos para sacar la cajetilla de cigarrillos junto con el encendedor gris.

—Iba de camino hacia alguna parte, pero te vi aquí—Respondió viendo a sus zapatos, hace tiempo que el muchacho de ojos grandes y marcadas ojeras se había distanciado de ellos, estaba ocupado, les solía decir a todos. Bateador creía que era extraño a pesar de que desaparecer era una actividad común para el pelinegro más pequeño.

El viento meció su cabello desordenado y oscuro, el rostro tranquilo se quebró ligeramente en Zacharie, y esa pequeña acción que pudo ser desapercibida para cualquiera, se volvió dolorosamente melancólica para el deportista que le miraba con atención—¿Te gustaría ir a la playa? Tengo ganas de ir a escalar rocas—Habló Zach antes de que pudiera cuestionarlo.

—Es peligroso.

—No si lo haces con cuidado—Dijo sonriente colocándose de pie y tirando de su brazo de paso. El Bateador no se hizo de rogar  y comenzó a seguir al animado hombre escurridizo.

Odiaba la playa.

「Yo quería bailar en tu pulso」

Se quedó sobre las rocas mirando el mar, las olas que rompen cerca de él como si quisieran atraparlo y ahogarlo en un abrazo húmedo y letal, mira hacia donde se supondría que estaría la figura de Zacharie, con una sonrisa grande e infantil con comisuras adornadas de heridas antiguas, exponiéndose a las gotas salinas impulsadas por el impacto provocado por las fuerzas del viento sobre las aguas, riendo y mirándole con esos ojos empequeñecidos por sonreír, él le diría "¡Batter, acerquémonos un poco más!" y el deportista negaría con la cabeza ante ese descarado temerario que buscaría la forma de sacar alguna fotografía genial y el bateador se acercaría junto a ese chico molesto por ser incapaz de negarse a sus tonterías.

「Pero ahora no puedo」

Todavía recuerda ese día, cuando se encontraron en el parque y el chiquillo lo arrastró hasta la playa temprano en la mañana, recuerda lo reconfortante de su compañía, el armonioso sonido de su risa y lo helado de sus manos y labios.

Ahora no había nada.

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Estaba escribiendo para otra pareja, pero me arrepentí y por eso terminó siendo medio músico el querido Bateador.

¿A alguien más le inquieta fin de año? 

A mi los nervios me patean las tripas y me dan ganas de vomitar.