Prohibido Para Mi

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Me desperté con el espantoso golpeteo insistente de la puerta de mi habitación, Míriam, mi madre, era la responsable de aquel desagradable ruido.

"Helga, llegaras tarde a la escuela, cielo" exclamó la mujer, con su típica voz somnolienta
"Ya voy Míriam!" le grité de regreso

Me despedí de mis cobijas dando un salto hacia mi baño privado y comencé a cepillarme los dientes, otro día más sintiéndome miserable en esa casa donde el centro de atención siempre era mi divina y talentosa hermana Olga, ugh, como la detesto, esta tan perfecta, tan bonita es... ¡La antítesis mía!

Así es, yo a penas tengo 9 años y soy más fea que un cuervo, o eso dicen mis compañeros, pero no me importa, por eso tengo a mi vieja betzi y a mis 5 vengadores para defenderme, es decir, mis puños. Desde que tengo uso de razón estoy sola en este mundo... Bueno, de no ser por... Alguien.

Se llama Arnold, vive en una casa de huéspedes y es el amor de mi vida. Él siempre ha sido amable conmigo y por lo menos me trata como una persona, le importan mis sentimientos y me ayuda con mis deberes escolares, sobre todo en matemáticas porque soy pésima.

Recuerdo la primera vez que lo vi como si hubiera sido ayer... Mi padre el Big Bob es dueño de una tienda de electrónica y siempre está de viaje, por lo cual, mi mamá siempre se queda en casa conmigo y con mi hermana, pero desde que aprendí a caminar, nunca ha sido capaz de interesarse por mi.

Así que el día que conocí a Arnold no fue la excepción, yo me fui caminando sola a casa después de que mi madre olvidó pasar por mi al preescolar, ese día hacía un frío espantoso por lo que yo comencé a caminar más despacio de lo habitual y se hizo de noche, tenía tanto miedo que al pasar por una casa de huéspedes me quedé petrificada al encontrarme delante con un perro enorme.
Había cerrado los ojos esperando su ataque cuando sentí una cálida mano cerrarse en la mía y jalarme levemente, era un niño también, aun que mucho más alto que yo, tendría unos 11 años, más o menos, ahora que lo pienso. Pero en ese momento lo único que pensé fue en su hermoso rostro, su cabello rubio y sus ojos color azul
"¿Estás perdida?" recuerdo que preguntó y yo lo único que fui capaz de hacer fue de asentir con la cabeza

Recuerdo que llamó a su abuela y me trajeron a casa siguiendo mis instrucciones, al llegar, me llevó de la mano hacia la puerta y me dio un tierno apretón de manos mientras hablaba con mi madre, como ya dije, era un niño de la edad de Olga, pero se comportaba mucho más maduro que ella, era educado y atento y me hizo sentir una sensación de calidez que nunca jamás había sentido.

Después de ese día lo seguí viendo, resulta que mi madre se compadecio de mi y me empezó a recoger antes que a Olga de la escuela y al ir por ella, me llevé la sorpresa de que ese niño ojiazul iba en el mismo grado y en el mismo salón que la insufrible de mi hermana. Se hicieron amigos al parecer porque a veces viene a casa a hacer tareas juntos y yo lo observo desde lejos, pues como podrán percatarse, él es como un ángel y yo no tengo ninguna posibilidad con él, es mucho mayor que yo, 7 años para ser exacta y nunca me va a mirar, además es muy amigo de mi hermana, así que, está prohibido para mi.

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