Prohibido para mi

Patito Feo

Al paso de los años, Arnold se volvió cada vez más guapo, ahora no era un niño de 9 años, era un hombre de 20 y yo una niñita de 13, bueno, más bien parecía un patito feo, mi ceja se había juntado aún más , tenía el cabello horrible, por lo que seguía tratando de acomodarlo en dos colitas, me habían puesto brakets y a veces usaba lentes para leer. Estaba claro que Arnold Jamás se fijaría en mi. Aún que no existiera la barrera de la diferencia de edad.

Caminé desanimada escaleras abajo y vi que Olga estaba sentada en el comedor exponiendo alguna idea a mis padres, o debería decir vendiéndosela. Olga estaba estudiando medicina, quería ser cirujana plástica y seguía teniendo al chico de mis sueños como compañero, pues él iba a ser cardiologo, siempre le gustó ayudar a la gente.

"Mami, papi" escuché que decía mi hermana "Gracias, esta fiesta va a ser lo mejor de la vida" dijo y salió caminando del comedor

Los padres la veían irse entenrecidos, yo no pude hacer más que querer vomitar. ¿Que rayos estaba pasando?

"¿una fiesta?" pregunté y mis padres volvieron a poner su cara habitual
"Si Helga, tu hermana quiere invitar a algunos amiguitos de la facultad este sin de semana" dijo yo abrí los ojos como platos
"O sea" dije tratando de comprender "Que mientras nosotros nos vamos al apestoso viaje al gran Cañón, la señorita perfección va a tener una fiesta en casa"
"Helga, ese viaje lo hemos planeado por mucho tiempo y no es apestoso, además tu hermana estudia mucho, tiene derecho a divertirse" dijo y yo fruncí mi gruesa ceja
"Es lo mas injusto que he escuchado, no quiero ir" sentencié "Quiero quedarme con Olga"
Mis padres me miraron fastidiado y yo puse mi carita de perrito regañado y pude ver como el gran Bob suspiraba
"Bien, supongo que tu también puedes quedarte, ¿por qué no?" dijo y yo sonreí satisfactoriamente

El esperado fin de semana llegó y Olga estaba gastando todo el dinero de mis padres en una sola noche, yo solo la miraba con vehemencia, más me valía quedarme callada, si decía palabra Olga las utilizaría en mi contra, como siempre.

En eso, el primer invitado llegó era alto, rubio y tenía unos hombros tan anchos como un ropero, mi hermana lo llamó Wolfgang, así que supongo que ese es su nombre, parecía que a mi hermana le gustaba porque comenzó a batir sus pestañas alrededor de él mientras hablaba, puaj que asco.
Luego de un rato la casa estaba repleta de gente, yo traté de buscar a Arnold pero era imposible encontrarlo, hasta que escuché la voz de un chico alto y moreno, tenía cabeza de cepillo
"Oye Arnie, deberías hacerme caso y hablarle más a Pataky, para que se de cuenta que eres un partidazo" dijo y yo no pude creer lo que escuchaba
¿Estaría hablando de mi? Mi corazón latió a mil por hora, estaba a punto de desmayarme de la emoción cuando escuché que Arnold respondió
"No lo sé Gerald, yo creo que Olga está enamorada del tonto de Wolfgang" dijo mi amado, triste
Pero la tristeza en su voz no fue nada comparado con las lágrimas que comenzaron a brotar de mis ojos, tuve que salir de la habitación para irme a llorar a otro lado, ¿la vida podía ser más injusta conmigo? ¡No lo creo! Todo el mundo amaba a la señorita perfección y a mi no, a mi me ignoraban, pero ya basta, ¡se acabó la niña tierna! Ahora conocerán a la verdadera Helga G Pataky