Manada

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La nieve comenzaba a caer en aquella ciudad sin piedad, el frío calaba los cuerpos de todas las personas que estaban en las calles, pronto aquellos lugares abarrotados de gente habían quedado completamente vacíos, con excepción de unos cuantos que aun caminaban para llegar a sus hogares o por aquellos que simplemente no tenían uno.

Entre todos los seres que aun rondaban por el helado exterior una criatura trotaba en cuatro patas como si el clima no hubiese cambiado en lo más mínimo, pronto salió de aquella área tan poblada y se internó en el bosque que rodeaba el pueblo.

Aquel ser de pelaje negro bajó su velocidad al notar un pelaje castaño en medio de un claro lleno de nieve, su cabeza negó rápidamente y se acercó al cachorro que obviamente estaba aprovechando su ausencia para jugar.


-Tsuna - La voz del alfa se escuchó prontamente, haciendo que el menor se detuviese de inmediato.

-¡Reborn! - La cola del menor comenzó a menearse de un lado para otro con emoción - ¡Has visto que linda la nieve! ¡Es muy blanca y fría!

-Lo sé - Un resoplido salió del hocico del mayor - Y también sé que vas a enfermarte por jugar en ella.

-¡Eso no es cierto! - El estornudo que dio el pequeño le hizo callar el resto de su queja - Bueno, quizá si lo sea.

-Por supuesto que lo es - Los colmillos blanquecinos del lobo se mostraron antes de que este se diese la vuelta - Vámonos o realmente vas a enfermarte y no quiero cuidar de un cachorro enfermo.

-¡Ya te dije que no soy un cachorro! - El lobezno corrió para posicionarse frente al otro y darle una mirada molesta - Vamos Reborn, al menos deberías tener en claro eso.

-Eres un cachorro para mí - El de pelaje negro suspiró sin dejar de caminar y luego gruñó con molestia - Y lo serás hasta que me demuestres lo contrario.


El joven canino ya no pudo decir nada pues el alfa había entrado a su madriguera y la regla era que una vez ahí cualquier lobo debía guardar completo silencio. En cuanto ambos estuvieron dentro del hogar del mayor este se transformó en un humano adulto y comenzó a caminar hacia donde tenía su ropa.


-Transfórmate - El ahora humano observó con seriedad al can - No sirve de nada que sea tu tutor si no puedes hacer algo tan simple como convertirte en un humano, ¿Qué dirá la manada cuando descubran que el heredero es un cambiaformas inútil?

-... - Los ojos chocolate del cachorro demostraron tristeza y este pronto se alejó del mayor sin siquiera emitir un quejido.

-Tsuna - El de patillas terminó de vestirse y se acercó a ver a su alumno - No voy a darte de comer si no logras transformarte en un humano.

-... - El lobezno se echó prontamente al lado de la puerta de la cabaña con total resignación, normalmente luego de esa amenaza decidía salir a cazar algo para comer, pero por algún motivo aquella mención a sus amigos lo habían hecho sentir tan triste que no le importaba su estómago en ese momento.

-¡Dame-Tsuna! - El mayor no tardó en tomar del cuello al menor y hacer que le viese, él no había vivido tanto para aguantar esto - Debes tomarle más importancia a lo que te digo, tienes que aprender a transformarte, no por la manada, pero por tu propia seguridad.

-... - El castaño solo bajó su hocico hacia el suelo sabiendo a lo que el otro se refería, sus tíos y primos habían muerto debido a los cazadores mientras estaban transformados en lobos, así que si quería sobrevivir debía aprender a transformarse en un humano pronto o moriría sin duda alguna.

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