¡Oh Dios otra serpiente!

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Claro qué,no le temía a la oscuridad sus ojos podían atravesarla pero oculta entre esos árboles se sentía totalmente sola.
Era una simple actividad y ya su mente divagaba,cada vez era más complicado controlarse.

-¿Cómo vas?-Kiba la interrumpió ganándose una sonrisa en agradecimiento.

-El premio y la carta siguen en la copa de ese árbol-Corrió a vaya saber que dirección,y Shino quien se guiaba de sus insectos,con su caminar inseguro tocó el hombro de Kiba quien guiado de su olfato le acercó el brazo a aquel tronco,este tan solo apoyó su mano,y tanto de su manga como en derredor brotaron insectos,que caminaron por el árbol hasta traer la prestigiosa carta.

-Estan muy cansados,se niegan a bajar lo que resta,está bastante pesado-

-Esta bien,puedo subir.¿Kiba me ayudas?-Esta le entregó la carta.

-¿Nada más?¿Segura que puedes?-y como contestandole tomó carrera, con un poco de chakra en las plantas y apretando las nalgas,ahí estaba,con una deliciosa canasta con pastelillos en las manos.

-No creí que pudiera ¡Vamos!-dijo lanzando lentamente la canasta a las manos del chico perruno.Luego tan solo se dejó caer,aterrizando casi sobre el pobre y muy confundido Shino.

Y los tres en la oscuridad, corrieron casi inmunes a la ceguera de los demás grupos,iban en fila;
Kiba tras Shino,y él tomando de los hombros a Hanika de forma que si la adelante saltaba los otros como dominós la seguían
y como creía fueron los primeros,no por nada eran un equipo de rastreo...Ahora solo faltaban esperar a nueve grupos llegar.

La consigna era organizarse e ir a buscar los cinco tesoros.Sin mapa ni linterna,se trataba de buscar y de tener suerte,o así lo describió Iruka.

Ahora,acostados comiendo cositas dulces ,estaban seguros de que haber sido de los pocos grupos en preparar la tienda antes de ir en busca,no había sido tan mala idea.

Era una actividad basada en el trabajo en equipo,división de trabajo y de supervivencia,aunque realmente no había tanta emoción,si necesitaban ayuda ahí estaban los profesores quienes los cuidaban y observaban,como si de conejos se tratara.
Pero en medio del bosque tan frondoso y abismal lo que menos sentías era la presencia de alguien cuidándote,sin linternas parecía una actividad sin sentido y más aún cuando la cantidad de cestas era menor a los grupos,y eso suponía que no todos comerían esa noche(bueno no todos comerían esas delicias,sino arroz sin sal) y eso juntado al hambre y al mal humor general causaba un ambiente de presión justamente perfecto para conocer el funcionamiento de los equipos bajo presión.
Y no todos la estaban pasando bien,grupos comenzaban a dividirse,otros se peleaban y muy pocos intentaban mantener el orden.

Una rubia pegó un chillido al escuchar el siseo de algo que apenas divisaba,sus compañeros la callaron con un ¡shhh! ante esto la Yamanaka poco le importó la poca camaraderia y al sentir algo rosando su pierna se echó a correr,si sus compañeros tenían materia gris correrían con ella,cosa que no sucedió y no se frenó hasta chocar con algo firme como un poste pero gomoso como una gelatina; Chouji,quién aterrado se aferró a Shikamaru y entre gritos ignoro a quien tenía en frente

-¡me atacan!- Aún abrazado y moviéndose como lombriz,chilló.

-Es la primera vez en mi vida que estoy alegre de verlos -Dijo con los ojos cristalizados la delgada muchacha -

-Chouji hueles a fritura,me asfixias-

La otra Hyūga se tambaleaba entre los árboles,le había tocado un grupo muy...no sabía cómo definirlo,eran muy insistentes con sus ojos,no dejaban de presionarla a encontrar esa canasta,y no importaba cuánto lo intente no tenía éxito. Estos creían,transformados por un aire conspirador que ella simplemente sabía dónde estaban pero por un motivo oculto no lo decía.
Antes de que el asunto se enturbiara más esta se escapó,no era torpe,no tanto, sabía que ellos no la incluirían en el botín y aunque era consciente de su débil estructura física, prefería convertirse en un fantasma miedoso que estar al lado de esos tipos bien aprovechados.
Extrañamente se sentía muy bien hacer lo correcto,aunque eso significaba estar temblando de miedo.
Podía valerse por sí misma.

Cada vez que activaba el byakugan sentía como si sus ojos fuesen a explotar,tenía temblores en los huesos y cosquillas en la parte trasera del cráneo, sumando a un zumbido que parecía tambores en sus oídos,es decir,cada vez que veía a través de esas canicas plateadas sentía náuseas y una incomodidad inaguantable.Entre suspiros en busca de concentración logró divisar algo,era cuadrado y estaba en los pies de un árbol, casi enterrada había una caja oculta entre los pastos largos y salvajes.

Ahí estaba su botín.

No fue difícil tomarlo aunque estaba un tanto profundo,con ayuda de una rama cavó hasta tomar la caja protegida por varias capas de bolsas negras,cuando la abrió tomó la pequeña carta y se la guardó en el bolsillo de su chamarra,pudo sentir el calor de aquella dulce tarta,como si recién hubiese sido enterrada,cerró la caja con cuidado y se volteó mirando en derredor como el que tiene miedo de ser visto,se sacudió sus calzas manchadas de barro y cuando levantó la mirada se vio frente a frente con los trastornados de su grupo.

-Con que aquí estabas...Veo que si sabías dónde estaba-Dijo el más alto con su voz gruesa,casi fingida
-Y nosotros que pensábamos que nos había tocado la ciega inútil,vaya a saber que era tan astuta como la otra-Hablaba el robusto con lunares en el rostro.

-E-es ssolo una tarta-Estaba temblando pero no les iba a regalar su botín,aunque fuese una estúpida tarta.

-Somos un equipo-Otra vez con su voz de falsa amistad.

-Danos la tarta-Tan serio como si de la llave a un mundo oculto se tratara,como si aquella tarta representara el valor mismo de la totalidad del Cosmos.

Esta miró la caja bajo su brazo,y se mordió el labio al ver la rama tan curva como el oleaje y larga como una...

No iba a darles su tarta,y menos ahora que el hambre la saludaba.

-c-cchicos,hay algo-su voz sonaba aterrorizada,se cubrió la boca mientras retrocedía,se podía oír aquel siseo mortal a unos pasos,estos comenzaron a ver alrededor y pronto vieron como la ciega les arrojaba aquel animal tan diabólico,no existía tarta que valiera la pena.

y como corderos asustados salieron a trote limpio desapareciendo entre los largos árboles.

No era tan débil como creían.



Herederas HyūgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora