Yo

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Dulce desesperación me acechaba, esperando mi ceder ya predicho y no lo negaré, aquí terminaba todo. Que egoísta soy! -dije mientras reía en mi mente, pues no solo terminaría mi camino sino el todos los que están aquí, no salvaré a nadie, no soy un dios ni un super héroe, así que nadie podría decir que su vida sera salvada hoy.

Pero ellos no lo sabían, no los culpo por su despreocupada actitud, aún así me irritaban, estoy aqui! -grité en mi interior. Nadie escuchó.

Un chico era el desafortunado a mi lado, llevaba una mochila y una billetera que tenia entre las manos, saco un billete y lo contempló, obviamente era su primera paga, se veía tan feliz. las cantidades de comida, juguetes, juegos que podría comprar se expandían en su mente. podía sentir su ambición crecer cada segundo, ademas parecía haber mucho cansancio en sus ojos, había luchado por ese billetito. Sonreí descaradamente, obviamente nadie me prestó atención.

Una joven estaba delante mío, era tan hermosa, ojos celestes cual cielo en primavera, su cabellera estaba hecha de finos hilos de oro, sus pestañas enormes me hacían querer cambiar de opinión pero no soy cobarde, aunque esos labios podrían conquistar a cualquier persona sin siquiera abrirse, en fin, ella era perfectamente hermosa y estaba perfectamente en el lugar en el que no debería, cerca mío.

Me aburrí de molestar a las personas con mi mirada acosadora...

Es momento de terminar esto. Entonces, decidí seguir hasta el final.

Cada segundo contaba

El reloj me marcaba por cada tick la cantidad de gotas de sudor que recorrían por mi cuerpo. el extremo estrés, la desesperación se pego a mi como miel, atrapándome, me dejo sin deseo de resistencia, pues era tan dulce.

El punto sin retorno lo había pasado desde que empezé a contar, contaba del 1 al 1257, hasta allí llegué. Pero antes de que pensara en seguir contando, presioné el activador y esperé, no pasaron más que unos pocos segundos y todo alrededor mío incluyéndome empezó a ir en cámara lenta y así pude ver la desintegración de todo, cada partícula que me formaba iba separándose de mi, oh que dulce es -pensé en menos de un segundo.

Podía ver la cara de pánico del chico al lado mío al escuchar el activador, era tan dulce -nuevamente me dije.

La chica volteo hacia mi y me gritó "asesina!". Yo soy una asesina?, bueno es cierto si lo tomamos literalmente, aquí acabe con muchas vidas, pero realmente importaba? A los pocos años iban a ser olvidados, igual que yo, sus vidas no valían más que un pésame dado de mala gana, no hablo de importancia social ni nada de eso, simplemente no valían tanto como pensaban. En fin, no le dio tiempo de cualquier forma de escuchar mi respuesta, ni a mi para producir sonido alguno.

Te das cuenta de la situación?

Estamos estallando.

DistopíaWhere stories live. Discover now