Entre toda la nieve que había caído sobre Rusia, en el centro de la capital, por primera vez se reunió una gran familia. Y por su grandeza se habla por el divorcio de los padres de una de las nietas de un ex soldado, que cada uno llevó al cabo su propia familia, dándole una segunda oportunidad al matrimonio, pero con otras personas. Anna, hija de dicho matrimonio fallido, junto a su tía, lograron juntar a toda la familia para la cena navideña. Después de muchas excusas de parte de su madre, que se avergonzaba de tan solo la idea de volver a ver a su ex marido, pudieron reunir a todos en la casa de los abuelos de Anna.
Mientras llevaba los grandes platos de ensalada, intentó que no cayeran, culpa de sus nervios que hacían temblar sus manos. Temía que algo malo pasara en la cena y a la vez de coger el móvil y encontrarse los mensajes de su prometido.
Sus primas pequeñas estaban jugando a ser cantantes, mientras los abuelos las miraban. La madre de las pequeñas, se encontraba todavía acabando el pavo en la cocina, de vez en cuando daba una calada al cigarro desde el gran ventanal. El primo iba detrás de su hermano, preguntándole sobre la Universidad. La abuela Lyubov, los padres de Anna,sus cónyuges,su tío junto a su esposa y su otro tío estaban sentados en la mesa: hablando,bebiendo,picando los pequeños bocadillos de caviar y empezando a devorar las ensaladas, sobre todo el tío Grigoriy. Y su hermana pequeña, Lyuda jugaba con su gatito, Masik.
Masik es un gato pequeño, no tanto como su dueña, pero en el mundo de los adultos, él sigue siendo algo tierno y diminuto. Ambos seres pequeños corrían por la casa, pasillos y dormitorios eran ocupados por los sonidos de las zancadas de las zapatillas de tacón de Lyuda. El juego consistía en que Masik atrapara entre sus garras la cola del largo vestido dorado de su dueña, que huía de él como un parvo animal. No tenían reglas, porque nadie buscaba ganar, solo eran los dos divirtiéndose antes de la aburrida cena en la que los adultos hablarían de sus cosas.
Anna empezaba a preocuparse que por la niña algo cayera y estropearía esta gran cena navideña y a la vez reencuentro de sus padres. El juego del pilla-pilla se había acabado cuando Anna regañó a su hermana por estar corriendo. Antes de que la pequeña dijese nada, le ofreció sentarse en el sofá para jugar con la tablet hasta la hora de cenar. La pequeña apenada se enganchó a esa pantalla para no molestar a ningún adulto. Totalmente decepcionado, Masik intentó motivar a su dueña a seguir jugando juntos,pero ahora estaba siendo rechazado.
Masik buscó con la mirada algo igual de brillante que el vestido de su dueña. Los grandes oscuros ojos de Masik se toparon con el gran árbol de Navidad. Además de ser muy brillante, tenía ramas y bolitas brillantes con las que jugar. Se acercó hacia él, viendo desde abajo con todo lo que tenía para jugar. Se quedó un rato moviendo la cola para los lados,pensando por dónde empezar. En parte, también esperó que alguien se diera cuenta de la maldad que iba a hacer, y antes de tiempo lo cogieran en brazos para darle atención, pero nadie vio al pequeño gato.
Saltó al gran árbol y se quedó ahí enganchado.
- ¡Masik! - Gritó enojada Anna.
El árbol cayó con el gato encima. Todos dejaron de hacer lo que hacían, para ver el gran desastre que hizo el miembro más pequeño de la familia. Sin querer, hizo llorar a su pequeña dueña del susto. El tío Grigoriy pisó cerca para asustarlo. El gatito corrió hasta poder esconderse debajo del sofá. La familia, cabreada, comenzó a levantar el árbol y a reponer sus adornos. Todos estaban tan molestos, que no se dieron cuenta que faltaba la estrella, solo la pequeña dueña que estaba llorando en los brazos de su abuelo murmuró:
- La estrella.
- Tranquila, Lyuda. El árbol no cayó encima tuya, todo está bien.
Pero Lyuda sabía que faltaba la parte más brillante, la estrella. Y como no le hacían caso, lloró más fuerte. El abuelo la abrazó fuertemente, aterrorizado de que el árbol se hubiera caído encima de su nieta y le habría hecho daño.
El gato permanecía triste y asustado en su escondite. Nadie lo veía, estaba a salvo de algún regaño que lo haría sentir peor que ahora, después de haber hecho llorar a su pequeña dueña. Permaneció toda la cena sin salir de ahí.
Cuando acabaron de comer, todos volvieron a sus aburridas conversaciones y a los más pequeños les tocó quedarse pegados a las pantallas. Lyuda, sentada en la pierna de su abuelo, mostraba a su abuela el juego tan entretenido de la tablet. El primo no se atrevía volver a hablar con su primastro, ya que este se veía muy ocupado haciendo nada con el móvil. Las primas, también estaban con las pantallas, según su madre Polina, para que no discutieran en un día tan importante. Incluso Anna no se salvaba, su prometido había comenzado a llamarla para amenazarla con dejarla, por no haber venido a la cena de sus suegros
La viuda abuela de Lyuda y Anna, sacó con cuidado a Masik de su escondite. El gatito asustado, quiso sacar las garras, pero ante la tierna mirada de la abuela no pudo hacerla daño para defenderse. Lyubov lo acarició con ternura hasta que este se acomodara en sus piernas y comenzara a murmurar. Cerró los ojos y dejó escapar unas lagrimas, más pequeñas que él, casi invisibles.
Así, Masik no volvió a molestar a nadie con sus juegos. Su dueña dejó de buscarlo para jugar o tocarlo. Entonces Masik se la pasaba durmiendo y a veces jugaba con algún hilo, pero en silencio sin molestar a nadie. Solo cuando venía la abuela Lyuba, se dejaba acariciar.
Y cuando la abuela tuvo que reunirse con su marido, Masik se quedó solo.
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Masik, el gato de la Navidad
Short StoryLlega la Navidad y toda la familia se reúne. Brillan las velas y el árbol decorado por la tía Polina junto a sus dos hijas, Masha y Darya. No se suelen reunir todos juntos en estas fechas, las diferentes ciudades y los empleos separan su familia. Pe...