Prologo

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La primera vez que la había visto había sido en aquella taberna de mala muerte, moviéndose con gracia sobre la barra bajo el sonido de silbidos y gritos de fascinación. Jamás había visto una sirena, pero si pidieran que diera una pobre descripción, pensaría en la peliazul. Sentía a su tripulación reír y hacer broma entre ellos, a otros ahogándose en su propia cerveza y a su compañero más cercano, Natsu, llamándolo en la lejanía. Pero su mente solo tenia lugar para aquella pequeña mujer, que con tan solo una mirada llena de fuego lograba quitarle el aliento y apretar su pantalón hasta el punto de hacerle doler. Podría obligarla a acostarse con el, incluso podría pagarle y llevársela consigo para quitarse aquellos pensamientos de la cabeza. Pero, por alguna razón, no quería hacer aquello. No quería, no podía, su corazón y su mente no lo perdonarían jamás. Debía salir de allí y respirar, aquella mujer era su perdición, era su más deseado tesoro prohibido.

Black Beard «GALE.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora