𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟏

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Un joven de piel albina corría por el inmenso bosque, haciendo que su respiración se volviera irregular, logrando agrandar el plazo de sus nervios que subían a gran escala.
Consiente del peligro que lo acechaba siguió con su camino, sus pensamientos se nublaban con el pasar del tiempo, huyendo de los salvajes cazadores de su padre.
No era porque quisiera, pues era meramente por su obligación de sobrevivir; oculto su cuerpo detrás de un hermoso manzano, dejando caer su peso al suelo y con este mismo deslizando sus piernas sobre la húmeda tierra.

Algo interrumpió el descanso de aquel blanco angel y es que un fruto del árbol cayó sobre su cabeza.

- ¿Que rayos? - exclamó él albino - ¡Maldita fruta! - enojado miro hacia arriba, buscando de que rama había caído la manzana, más solo miro un puñado de hojas, rodó sus ojos fastidiado y se levanto del suelo tierroso, aún observando el árbol.

- ¡Oh pobre y pecador ciervo! Joven de tez pálida y ojos esmeralda, si un trato conmigo tu haces, te salvaré de las garras de tu padre - una voz resonó entre tantas hojas bajando del manzano y acorralando al joven Dice contra el imponente árbol.

El ente color azabache lo miraba de pies a cabeza con una sonrisa punteaguda tan filosa como una espada. Acercaba su cuerpo al del principe, llevando su cara hacia el cuello de aquel dado y deteniéndose para oler la deliciosa escencia del chico alejándose poco a poco de su cuello para quedar cara a cara con el joven dado.

- ¡Tu eres el diablo! - alzó su voz sorprendido, temiendo de quién estaba tan cerca de él.

- ¡Shhh! Tranquilo chico, ¿No quieres que tu padre nos escuché, cierto? Querido príncipe - aquel demonio tenía razón y él joven heredero de riquezas lo sabía, si quería escapar de su padre necesitaria de la ayuda del diablo.

- Tienes razón... - aceptaba que estaría muerto si armaba un escándalo.

- Entonces, ¿tenemos un trato? - Dice se disponía a aceptar la propuesta de Devil, pero algo hizo que sus palabras no salieran de su garganta, las pisadas y alaridos de los cazadores de su padre se escuchaban cada vez más cercanas, el corazón del príncipe comenzó a palpitar con fuerza, poniéndolo más nervioso y atormentandose de lo que podría pasar si los cazadores lo atrapaban, la desesperación tenía el papel principal en esa obra y eso lo consumía con rapidez

- Acepto... - no muy convencido de lo que había dicho soltó sin pensarlo mucho

- Bien, sólo firma y te protegeré de la desgracia que cayó sobre ti - y es que un contrato ya se hallaba sobre las manos del diablo, con pluma en mano el joven Dice ya firmaba con velocidad aquel pergamino, esperando lo mejor de todo lo que le ocurría en esos momentos.

- Buena elección mi pequeño rey - exclamó el diablo, haciendo un ademán para que el otro se acercará a él, Dice ya podía casi sentir a su lado a los cazadores que iban por él y no era una sensación que digamos agradable.

El diablo al ver cómo el joven Calloway se acercaba, sin previó aviso, lo apego a su cuerpo tomándolo de la cintura y llevando su cabeza a su pecho, Dice se llevaba una tremenda sorpresa, pero aún el miedo lo consumía y el diablo sólo miraba con una sonrisa burlona a los cazadores que están sorprendidos por ver al heredero del rey con el mismísimo diablo y es que esto se lo informarian de inmediato a Kingcard.

Devil al momento de tomar al principe entre sus garras abrió un portal bajo sus pies, al momento de caer dentro él chico se aferró al demonio como si su vida dependiera de ello, sólo sentía como iban juntos en una caída libre en la oscuridad como una piedra que cae a un poso sin fondo...

𝕴𝖓𝖙𝖊𝖓𝖙𝖆𝖑𝖔, 𝖊𝖑 𝖓𝖔 𝖓𝖔𝖘 𝖛𝖊𝖗𝖆  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora