☃𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓾𝓷𝓲𝓬𝓸

5.2K 393 739
                                    

   No era capaz de apartar sus orbes verdes de aquella escena. Una espinita andaba molestando su estómago desde el mismo instante en el que Félix había decidido asistir a su instituto los días finales del trimestre. 

   Y no era su presencia lo que más lo incordiaba, al contrario, estaba feliz de que su primo fuera a pasar la navidad y las fiestas de año nuevo con su familia. Sin embargo, después de lo ocurrido hacía ya casi dos meses, era inevitable no desconfiar. Y era eso, precisamente, lo que le estaba ocurriendo en aquellos instantes, más aún cuando su amiga Marinette estaba involucrada.   

   Soltó un prolongado suspiro y se recargó en uno de sus hombros sobre la piedra de la fachada principal del Fraçoise Dupont, con la atención puesta en Félix y Marinette. Frunció el ceño y ladeó su rostro para poder ver con más claridad el momento que Félix se inclinó cordialmente para depositar un beso en la mano de la azabache. 

   —Pero, ¿qué hace?—se dijo así mismo, viendo como Félix elaboraba un truco de magia y sacaba una flor.—No la conoce de nada. Ni siquiera yo soy tan descarado con ella y eso que soy su amigo. 

   —Eso díselo a tu alter ego Chat Noir, a ver que te dice él—Plagg salió en ese momento de su mochila. 

   Adrien esbozó una mueca de desagrado y desvió la mirada hacia su Kwami. 

   —Es diferente—sentenció el rubio. —Chat Noir la trata de esa forma para tranquilizarla, para que no tenga miedo cuando se ve en medio de una pelea contra los Akumas. Y además, demás sé que yo no hago las cosas con segundas intenciones como otros. La última vez que vino se portó fatal con mis amigos y no quiero que se vuelta a repetir una situación como esa. 

   Su teléfono móvil comenzó a sonar, provocando que el Agreste tuviera que apartar la vista de la pareja que tenía delante. 

   —Es Kagami—dijo, pulsando el botón verde de llamada. 

   —Mira, tú novia se interesa por ti—porfió el Kwami—. Parece que ella al menos si tiene la atención puesta en ti y no en la vida privada de sus amigos. Me pregunto cómo le sentaría si supiera que estás celoso de que tu amiga Marinette esté hablando con tu primo.

   —Plagg, no digas tonterías—gruñó Adrien, empujando con su dedo la cabeza de Plagg para meterlo dentro.—¿Qué tal Kagami?  

   —Sí, sí, ya, tonterías—refunfuñó el Kwami. 

   —¿Quedar mañana para ver el torneo de esgrima?—repitió el rubio.—Claro, suena estupendo. 

    Sus ojos esmeraldas revolotearon nuevamente hacia Félix y Marinette y su atención se perdió de nuevo, haciendo que perdiera un poco el hilo de la conversación.

   —Sí... Sí, claro...—dijo con fingido interés y vio con cierto alivio cuando Marinette por fin se despedía de su primo y regresaba con Alya.—Entonces, a las nueve paso a recogerte con mi guardaespaldas. 

   No dejó de mirar a la azabache hasta que la perdió de vista por completo y fue entonces cuando pudo regresar a la realidad. Una, donde su novia lo estaba invitando a un torneo de esgrima con los mejores esgrimistas de todo el mundo. 

   —Genial, te veré esta noche entonces—se despidió de la Tsurugi y colgó la llamada. Levantó la cabeza y vio como Félix estaba apoyado en su coche, esperándolo de brazos cruzados para irse a la mansión. 

   Bajó las grandes escaleras del instituto y se aproximó hasta la gran limusina. Félix estaba de brazos y piernas cruzadas, observándolo con una ceja enarcada. 

𝓥𝓸𝓽𝓻𝓮 𝓟𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓮𝓾𝓻❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora