Postal Navideña

capítulo único

La casa 272 de Piikoi Street era normalmente un lugar tranquilo, a veces se escuchaban la carcajada de unos niños, especialmente los fines de semanas, otras veces el ladrido de un perro, ciertos momentos del día se escuchaba a un hombre regañando a alguien por lo que comía, mientras otras se escuchaba a otro hombre decirle a otra persona que dejara de ponerse en riesgo innecesario. Aunque los más comunes eran los “te amo”
Sin embargo en ese momento lo que se escuchaba era a Steve McGarrett sacando el correo del buzón de su casa, después de su carrera matutino. Sonrió al ver un paquete en especial y se apresuró a entrar a la casa.
Danny tarareaba una canción mientras ponía la mesa cuando algo se interpuso entre su vista y la mantequilla que sacaba del refrigerador



- ¿Te gusta? – pregunto Steve
- ¿Cuándo llego? – dijo Danny emocionado dejando la mantequilla sobre el mesón y limpiándose las manos deprisa para tomar la tarjeta
- La acabo de sacar del buzón – dijo steve
- ¡Quedaron hermosas! – dijo Danny sonriendo
- Como no se van a estar lindas si tu foto está ahí – dijo Steve besándolo suavemente – y el próximo año van a estar mucho más hermosa porque van a estar lo niños también
- ¿Qué es eso? – pregunto Charlie entrando a la cocina
- Tu tío y yo mandamos a hacer tarjetas navideñas y llegaron hoy – dijo Danny mostrándosela
- Pero no estoy yo – dijo el niño haciendo un puchero
- Eso fue porque Grace y tú tuvieron que salir de viaje con tu mamá – dijo Steve levantándolo en brazos y sentándolo en el mesón de la cocina – pero el próximo año estaremos los cuatro
- ¿Lo prometes, tío? – dijo Charlie
- Palabra de Marine – dijo Steve
- Buenos días – dijo Grace entrando a la cocina dándole un beso a cada adulto – ¿Qué es eso?
- Tarjetas navideñas – dijo Danny
- ¡Quedaron hermosas! – dijo Grace sonriendo tomando una
- Danno dijo que el próximo año estaremos los cuatro – dijo Charlie emocionado
- Más les vale – dijo Grace mientras Steve la abrazaba
- ¿Y me vas a regalar una Danno? – dijo Charlie
- No son para nosotros – dijo Grace –, son para sus amigos
- Pero yo también puedo ser su amigo – dijo el niño y Steve sonrió pensando en cuanto se parecía el pequeño a su padre en eso  de protestar siempre



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La mujer golpeaba la puerta principal brutalmente mientras el aullido del timbre se hacía escuchar por toda la casa. Pero por si esto fuera poco una voz femenina llamaba incansablemente a alguien. Cerca de diez minutos después un Camaro de color negro se estaciono frente a la casa



- No se hacen así las cosas – decía Danny –, debes aprender a comportarte
- ¿Por qué no? – dijo Steve bajando del automóvil – acaso debemos dejarnos estafar
- ¿Por qué no podemos hacer las cosas como en el continente? – protesto Danny – solamente era una tarjeta
- Porque estamos en Hawaii – dijo steve – además somos  la ley Danno. Deben respetarnos
- Así que ahí estas – dijo Rachel iracunda
- Rachel – dijo Danny sorprendido – ¿Y los niños? – angustiado
- ¿Están bien? – pregunto Steve
- ¿Dónde están mis hijos? – exigió el rubio
- Contesta mujer – exigió Steve
- Deja de meterte en medio de una pareja que está intentando arreglar sus problemas – grito la mujer furiosa
- ¿Pareja? – dijo Danny sorprendido – ¿De qué pareja hablas?
- ¿Y quién se está metiendo en medio de qué? – dijo Steve intrigado
- Puedes dejarme hablar tranquila con mi marido – dijo Rachel
- Claro – dijo Danny mirando a su alrededor – pero… ¿Dónde está Stand? No lo veo
- No te hagas el gracioso Danniel – dijo Rachel molesta
- Pero hablaste de tu marido – dijo Steve – y hace años que tu marido es Stand
- Solo espero que no sea Steve – dijo Danny
- Escúchame Danny – dijo Steve – debemos hablar sobre esto – y mostro una tarjeta navideña con la foto de  ambos hombres
- ¿Cómo conseguiste esto? – dijo Steve mientras Danny se la arrebataba
- Debes una disculpa – sentencio el rubio a su pareja
- Danny, no cambies el tema – dijo Rachel – quiero que me expliques que significa esto
- Primero dinos como la obtuviste – dijo Steve cruzando los brazos
- Estaban entre las cosas de mi hijo – dijo la mujer tratando de no amedrentarse
- Charlie – dijeron ambos hombres al mismo tiempo
- Dijo que quería una – dijo Danny
- Mira Rachel – dijo Steve – no te hagas la inocente, cuando sabias perfectamente lo que pasa entre Danny y yo. Yo mismo te lo dije hace tiempo cuando  me dijiste que convenciera a Danno  de darse otra oportunidad contigo ¿lo recuerdas?
- Yo… no… nunca… Danny – tartamudeo la mujer – está mintiendo – dijo nerviosa
- El problema es que yo estaba detrás del estante cuando entraste a la oficina de Steve a pedírselo – dijo el detective
- Te lo puedo explicar – dijo Rachel nerviosa
- En serio quedaron muy lindas – dijo Danny mirando la tarjeta mientras entraban a la casa
- Ah, Rachel – dijo Steve –, no te preocupes, te llegara la tuya – y entraron a la casa



Rachel Edward solo podía pensar en esos momentos en cuanto detesta a ese estúpido comandante de fragata y lo lindo que su ex se veía en la estúpida tarjeta