Narra Tahm Kench
Vaya aventura la que se vive hoy en día dentro de Runaterra, los invocadores han regresado a nuestro lado más allá de una conexión por sentimientos, ya no somos sus títeres son nuestros amigos, claro aunque no todos los llamados "campeones de Runaterra" tienen un prospecto de invocador, algunos han corrido con suerte de encontrarlo otros...bueno tenemos la suerte de engullir lo que nos plazca.
Mientras caminaba por las orillas del río serpiente aberrando a todos esos seres en convivencia de los invocadores me preguntaba, ¿Acaso yo tendré la desdicha de unirme a un invocador?, quien sabe solo el tiempo me respondería esa pregunta.
-Qué tonterías permitir que los invocadores regresaran a nuestro lado, era preferible que los poros se hicieran legalmente comestibles a tener que soportar humanos apestosos-
Hable hacia el viento quien era un amigo más en mi camino, sin embargo al ir observando hacia adentro de los puertos de Aguasturbias me encentro con un sentimiento de necesidad profunda tanto que al dar un paso en falso caí en una enorme coladera destapada en la cual quede atorado por mi enorme barriga.
-Lo único que me faltaba, ser el tapón de una asquerosa coladera pirata, vaya suerte la mía en este momento-
Me moví de lado a lado tratando de salir por mi cuenta de aquel embrollo pero era imposible, la grasa de mi cuerpo hacia que en lugar de salir hacia la superficie hacia que bajara hacia las aguas de canal de la ciudad.
-¡Qué torpeza por la gran barbuda! ¿Acaso debo quedarme aquí haciendo el ridículo para mi mismo?-
-Vaya que te haz metido en un gran embrollo amigo mio, ven yo te ayudo-De pronto a mis espaldas la voz de un chico resonaba en el lugar, ¿Acaso hay una multitud de invocadores paseando por aquí?.
-No necesito tu ayuda mocoso, yo, puedo...solo-
Dije haciendo un último esfuerzo por salir de ahí pero fue inútil.
-Si la necesitas, venga no pasa nada Tahm Kench-
Aquel muchacho se dio la vuelta hacia mi, era un invocador joven quien portaba un traje como el de Twisted Fate al ir a los salones de apuestas, su cabello era corto color negro , piel blanca, mirada muy amigable, delgado desde mi perspectiva se veía alto pero estando de tapón no podría saberlo.
-Antes que hagas una tontería conmigo, dime tu nombre invocador...-
-Me llamo Oil y voy a sacarte de este embrollo-
Oil chasco los dedos y un destello color morado rodeo mi enorme cuerpo y en un parpadeo estaba a un costado de aquella coladera, revise cada centímetro de mi y estaba completo pero ¿Cómo lo hizo?.
-Dime invocador,¿Como hiciste eso?-
-Usando el hechizo de teleportacion a corta distancia mi rey del río ¿Te encuentras bien?-
-Entero y vivo te lo agradezco Oil...ahora márchate antes de que te engulla pequeño escarabajo de apuestas.
-Ya me habían advertido de tu forma de ser pero, eso no me importa y no me iré llevo buscándote por todas partes renacuajo de saliva-
-¿¡Como es que me llamaste mosca?!-
-Renacuajo de salida ,¿Cómo vez?-
Vaya este invocador tiene las agallas de retarme entonces veamos quien puede mas de los dos.
-Escúchame engendro de agua estancada yo soy el rey de río y me debes respeto-
-Me vale quien seas, me agradas y punto-
