Un extraño y entretenido viaje del tiempo

Un pensamiento un tanto extraño

Estuve toda la noche pensando que podía hacer, por lo que ya solo me faltaban dos días. Finalmente decidí llamar a la oficina de mi padre haciéndome pasar por portavoz de una gran empresa e intentar obtener información y si fuese posible detener la tragedia. Así pues llamé a la empresa de mi padre y me hice pasar por portavoz de otra empresa y así llegar a un acuerdo para trabajar juntos. Sin embargo todo esto era muy arriesgado, si me pillaban podría haber ido a la cárcel, y cada vez que lo pienso dudo que en su día mereciese la pena por unas simples vacaciones.
Durante la llamada me estuve informando sobre los trabajadores, hasta que finalmente me contaron lo que realmente me interesaba, estaban pensando en echar a alguno de sus trabajadores. Esto me lo contaron para que no contase el número completo de trabajadores de la empresa. Ya me habían contado lo que estaban pensando, ahora quería la información específica. Así que fui adentrándome disimuladamente dentro del tema.
Ellos me contaron que Bernardo, mi padre, era uno de los posibles despedidos, a pesar de su duro trabajo, realizaba uno de los trabajos más simples de la empresa y con el que mayor número contaban. Sin embargo estaban dudando entre sustituir a mi padre por un compañero suyo que trabajaban en lo mismo, y me pidieron mi opinión acerca de ello. Yo estaba más que listo para decir que despida al compañero de mi padre, cuando me puse a pensar todo lo que había hecho y más que nada por mí, por mis vacaciones, e iba a dejar a otro pobre inocente como era mi padre, por un simple capricho.
Finalmente le dije que yo no podía elegir acerca de ello y me apresuré a colgar. Pensé lo que realmente importaba en Navidad. No era un viaje divertido, ni los regalos más caros, ni pasarse todas las vacaciones jugando con el móvil; era estar en familia y divertirse con ella. En ese momento me di cuenta de que yo ya tenía lo esencial y suficiente para esas Navidades, y para todas las siguientes.

Como os podréis imaginar, finalmente volví a 2019, y disfruté en familia, fueron las mejores vacaciones de mi vida.
Dos años después, le ofrecieron un trabajo a mi padre, y él me dio la posibilidad de viajar a Roma por esas vacaciones. Pensé en lo que era importante y en lo que ya había vivido antes, y decidí rechazar aquella oferte por quedarme en Madrid junto con mi familia un año más.

Gracias a esta anécdota de mi vida he aprendido una cosa y muy importante, lo mejor nos es siempre lo mejor, lo cual quiere decir que lo más caro y caprichoso no es siempre lo que realmente gusta y sobre todo importa.