· Uno.

3K 283 215
                                    

U n o.

Valentín.

Estaba otra vez, mirándolo fijamente mientras pensaba sólo en él, me perdía con sólo su carita de nene que me gustaba tanto, tenía el ceño fruncido y mordía sus labios de vez en cuando dándome ganas de morderlo yo también, los aritos de su oreja me encantaban, bueno en general, todo él me gustaba, trataba de pensar cuando carajos había empezado a llamarme la atención Ribba.

Primero fueron signos diminutos, que cuando me sonreía sentía una sensación rara en la panza, o cuando me prestaba atención al hablar y sonreía en algunas partes mi mente se quedaba pensando en su hermosa sonrisa, después era la necesidad de que me abrace o pasar todo el tiempo pegado a él, y cuando me tocaba un poco el pelo me volvía loco, a veces solo me quedaba mirando hasta enamorarme más.

Como ahora.

— Pone el otro Valen.—Habló sacandome de mis pensamientos, me miró con esos ojos negros brillosos y me sentí nervioso de que me haya descubierto viéndolo, otra vez.—¿Qué?—Se río un poco mientras acomodaba su pelo.

Mierda, Daniel es hermoso.

— Nada Dani, te miraba un poco.—Hablé tragando saliva, sonrió y subió una ceja divertido acomodándose en la cama, de costado.

— ¿Soy muy lindo para tus ojitos?—Preguntó haciéndose el gracioso, pero tenía razón, era demasiado lindo y mirarlo era una obra de arte con todas las letras, sus labios gorditos y rojos, su nariz y esos ojos tan lindos que cuando me miran me vuelve loco.

— Sos hermoso.—Dije mojando mis labios, se río y cerró los ojos como queriendo dormir.—¿Tenés sueño?—Pregunté agarrando el control para apagar la tele, asintió con la cabeza y se acomodó para dormir.

Me acomode también de costado y lo quedé mirando otra vez, llevando una de mis manos a su pelo para empezar a acariciarlo y acomodarlo lentamente, mientras él cerraba cada vez más sus ojos yo me acercaba un poquito más a su cuerpo, mirando su pelo gris, nunca entendí porqué no volvía al morocho, si de morocho siempre fue el amor de mi vida.

Incluso cuando no me gustaba se lo dije un par de veces en el quinto, cuando se tiño de rubio fue un pequeño puñal en mi corazón, pero igualmente me encantó y las ganas de comérmelo a besos fueron más grandes, ¿Y ahora? Ahora solo quería besarlo todo el día, abrazarlo, protegerlo y darle amor.

Ribba me ponía amoroso, y eso que nunca le dije lo que en verdad sentía.

— ¿En que pensas Valo?—Habló sin abrir los ojos, mordí mi labio y suspire negando con la cabeza.—Te conozco, decime.

Y entonces en ese momento se me ocurrió una idea, fue como si la lamparita se me prendió y justo cuando lo vi, sonreí.

— ¿Decís que beso mal?—Hablé en voz baja, haciendo que el abra sus ojos y me mire entre nervioso y sin entender, fruncio el ceño y se hundió de hombros.

— Nunca te besé, no sé.—Respondió mirándome a los ojos, asentí con la cabeza y me recoste mirando al techo, con el ceño fruncido.—¿Por?

— Nada, el otro día en una joda estuve chapando con alguien y cuando nos separamos le dije un "¿y?", como una pregunta, no sé ni porqué me salió eso, y me dijo "bien, creo".—Hablé un poco frustrado, eso me había pasado en serio, pero no sabía porqué ahora se lo contaba a él.

Largó una carcajada y yo le pegué en el hombro para que no sé ría de mi, sonriendo al verlo reír así.

— Jodeme que Valentín Oliva chapa mal.—Se tapó la boca en forma de sorpresa, como quería besar esa boca, giré los ojos y negué con la cabeza.

Besos ; WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora