• Hasta que la luna deje de brillar •

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Dos pequeños niños se miraban con lágrimas en los ojos. Ahí en medio de aquella habitación en donde habían pasado tantos momentos juntos se encontraban Jeon jungkook y Kim Taehyung despidiéndose.

Los dos niños se abrazaron con fuerza. El pequeño Kook acarició por última vez el cabello castaño de su mejor amigo y primer amor.

—TaeTae... prométeme que cuando nos volvamos a ver nos casaremos y nunca más te separaras de mi— el azabache de doce años tenía sus ojos llenos de lágrimas. Ninguno de los dos sabía lo que aquellas palabras marcarían en su vida.

—Te lo prometo kookie, hasta que la luna deje de brillar...el castaño se quitó aquel collar que tenía una luna y un sol y se lo entregó al azabache. Su último abrazo, su último recuerdo juntos.



Diez años después;;

—¡Y una mierda Park JiMin!— el azabache se levantó rápidamente mirando la hora y maldiciendo entre susurros a su mejor amigo. Eran las 8:50, por lo que iba casi dos horas tarde a la universidad. Se alistó como pudo y corrió lo más rápido posible, ya que se negaba a esperar otra media hora al "estúpido camión"

El timbre de la siguiente clase resonó en todo el lugar. Genial, había llegado una clase tarde. Y como no hacerlo si la noche anterior Park JiMin, su mejor amigo, había desactivado su alarma en modo de "venganza"

Y aquí viene el rey de Roma. Sé dijo mentalmente cuando vió a su mejor amigo quién tenía una sonrisa maliciosa.

—Eres un idiota— dijo mientras golpeaba el brazo de su pelinegro amigo, el cual río a carcajadas.

—Tenía que vengarme, ¿Creías que te salvarías? Cómo se te ocurre hacerme pasar esas vergüenzas frente a Min YoonGi.

—No es mi culpa que seas tan idiota y hayas caído por accidente.— esta vez fue el turno de Jimin de golpearlo.

—Por cierto Jungkook, mañana llega un alumno nuevo. Uno llamado Tayang o algo así

—¿Y eso me importa exactamente porque...?— ambos avanzaron a la cafetería. Jimin blanqueó los ojos y miró a su amigo frustrado.

—Eres el encargado de esas cosas, debería importarte.— Jungkook simplemente alzó los hombros desinteresados.

El día transcurrió normal, la directora le llamó y le dijo lo mismo. Mañana llegaría un nuevo alumno y el obviamente tenía que enseñarle la universidad de mierda.

Al llegar a su casa tiró la mochila por cualquier lado, escuchando rápidamente el suspiro frustrado de su madre. Sonrió internamente y se dirigió a la cocina.

—Hola ma— saludo a su madre, la cual blanqueó los ojos para sonreír después. Odiaba a su hijo pero lo amaba más que nada.

—Sabés que no te daré absolutamente nada de comer si no te bañas y te quitas ese asqueroso olor. Jeon Jungkook yo no te crié así.

El joven simplemente soltó una carcajada y subió a su habitación. Comenzó a desvestirse lentamente. Cuando quedó solo en bóxers se observó en el espejo, específicamente donde se encontraban su corazón. En donde se hallaban aquellas palabras que habían sido tan importantes en su vida, marcadas con tinta haciendole así imposible de borrarse. Imposibles de olvidar.

Hasta Que La Luna Deje De Brillar × KookV OS ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora