Ruvelis Castina.

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《Fuego eterno》.

Pareja: Ruve y tu.

Personaje: Adelaide La Monique.

Anime/manga/manhwa: La emperatriz abandonada.

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Cuando te vi no sabía cómo reaccionar, a pesar de mostrar tristeza en tus bellos ojos zafiro mostrabas una hermosa sonrisa que iluminaba todo mi ser.

Miro anonadado el largo cabello rojizo de la menor bailar con suavidad ante la brisa del mediodía.

Recordaba ese cabello rojizo, lo tenía Jeremiah y lo tenía su segunda hija.

Las gemelas La Monique, Aristia y Adelaide.

Las gemelas fueron separadas luego de la muerte de su madre cuando la gemela menor demostró un extraño poder, lo que causó que el sacerdote del continente decida llevársela consigo al templo sagrado.

Adelaide La Monique sería la pupila de uno de los 6 sacerdotes con poderes divinos.

Había olvidado lo que causaba ver tu sonrisa.

Un sonrojo impredecible apareció en las mejillas del príncipe al ver el rostro relajado de la pelirroja bajo ese árbol donde de niño conoció a Jeremiah y Adelaide.
Aristia había chocado con él cuando eran niños y lo llevó al jardín donde estaban sus padres y su hermana.

Desde ese entonces las gemelas y el príncipe se reunían cada vez que la familia La Monique iba al palacio.
Ruve buscaba alguien que lo ame y la madre de las gemelas le daba el amor maternal que nunca tuvo, incluso se sentía en familia cuando estaba con las mujeres Monique.

Adelaide ya tenía 13 años y era hermosa, como siempre.

-su majestad.

Ella notó su presencia y le sonrió con suavidad al ver las flores en sus brazos.

-me alegro que le sigan gustando esas flores.

Ella lo recordaba, recordaba su infancia.

-...sí.

Sonrió con suavidad y camino hacia ella adornando su cabello con una de las flores, ella lo miro sorprendida y se sonrojo levemente.

Pero luego bajo la cabeza tocando con suavidad la flor en su cabello.

Ellos no podían estar juntos, él estaba destinado a su hermana mayor.

-...adelaide, me consederias el honor de bailar contigo?.

Ella volvió a mirarlo sorprendida y tragó saliva nerviosa tomando la mano del príncipe.

No supo cuándo pero los dos habían llegado al gran salón donde se festejaba el ascenso de los nuevos caballeros, entre ellos el segundo hijo de la familia Rass, Carsein. Amigo y maestro de la gemela mayor.

Al baile se habían sumado ellos dos y eran vistos por todos los nobles y las 3 familias más importantes del imperio.

Pero, para ellos dos no existían otros que ellos mismos, cada uno se miraba a los ojos y no podían dejar de hacerlo.

-vaya, la pequeña adelaide es una belleza que ni siquiera el príncipe puede ignorar -se burló el líder de la familia Rass siendo pisado por su esposa.

-querido controlate, Adel aún es una niña -frunció el ceño protectora con su ahijada.

Jeremiah había dejado a su cargo a las gemelas cuando murió y la princesa Ernia con gusto acepto cuidar a las hijas de su querida y única rival, su primer amiga.
Así que la princesa tomó como sus ahijadas a las gemelas, desde ese entonces a pesar de no demostrarlo en frente de las niñas era muy protectora con ellas.

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