Llamo al timbre y en pocos segundos la Sra. Parks está abriendo la puerta con una sonrisa.
- ¡Oh, Maddie! ¿Cómo estás pequeña? -pregunta abrazándome- Le dije a Mike que te avisara que no era necesario que vinieras esta semana. Este chico nunca hace caso, ya hablaré con él.
- No, ya me lo dijo. Sólo quería explicarle lo que había pasado. Estaré de vuelta tan rápido como pueda, se lo prometo.
- No me trates de usted, Maddie. Eres la novia de mi hijo y tampoco es que sea tan vieja -dice guiñándome un ojo-. Y tranquila, Chase ya me lo ha contado todo.
Me pregunta si quiero tomar algo y me dice que vaya a despertar a Chase que sigue en la cama.
Subo las escaleras y recorro el largo pasillo. Me detengo a la mitad de este. Cojo una foto que hay en una estantería entre mis manos y la observo. En ella están los gemelos y Joe. Tienen la edad de Evan pero están igual. Puedo distinguir a Chase y Mike perfectamente. Los dos están sonriendo pero a Chase se le forman esas arrugas al lado de los ojos que me encantan. Dejo la foto y llego a la habitación de mi novio. Abro la puerta sin llamar y entro. La habitación está oscura y si no me conociera el espacio ya habría chocado con la mitad de los muebles. Llego hasta la cama y subo a ella. Me coloco al lado de su cuerpo y le doy un pequeño beso en los labios. Mi vista ya se ha acostumbrado a la luz y puedo distinguir una sonrisa cuando me aparto. Voy a abrir la ventana y dejo que la luz entre a la habitación. Cuando me acerco a la cama, Chase me coge las piernas y me coloca a horcajadas sobre él.
- Buenos días.
- Despertando con un beso tuyo, ya te digo si son buenos.
Bajo mi cuerpo y le doy otro beso. Vuelvo a ponerme recta mientras él me mira sonriendo desde debajo mío. Se impulsa con los brazos en la cama para poder quedar sentado con la espalda en la cabecera de ésta. Mis ojos van hacia los músculos de sus brazos que se tensan al hacer fuerza. Yo sigo encima de él y cuando está ya sentado me abraza. Nos separamos cuando la puerta se abre.
- Os he traído algo para desayunar.
Nos dice Rachel sonriendo. Le damos las gracias. Deja una bandeja con comida en la mesa y se va. Yo ya he desayunado, pero cojo un par de tostadas de todas formas.
Al acabar de desayunar le digo a Chase que tenemos que hablar. Me sorprendo cuando dice que también tiene algo que contarme.
- Mi padre me tiene vigilada -confieso-. No sé cómo, pero el otro día salí a correr y me envió una foto mía. El día que me encontraste inconsciente en la calle había recibido un mensaje suyo diciendo que vigilara.
Chase está serio. Al final decide hablar.
- Hoy mismo iremos a la policia. Debes denunciarlo.
Sé que tiene razón.
- Además, Anna me dijo que no le habías contado nada. No puedes esconder esas cosas de tu familia -me coge las manos-. Así que hoy iremos a denunciar a tu padre y luego te acompañaré a casa a hablar con tu familia.
Lo abrazo y le doy las gracias en un susurro.
- Y mañana me vas a acompañar a ver a mi abuelo. ¿Qué te parece la idea? Le prometí que te conocería este año.
- Me parece perfecto.
Me quedo a comer en casa de los Parks y tal como me ha dicho por la mañana en su cama, al acabar vamos a la policia. No tardamos mucho en poner la denuncia. Al salir de allí nos vamos a casa y me ayuda a contárselo todo a mi madre y a Anna.
Hoy se va a quedar a dormir en mi casa. Ésta va a ser la primera vez, de hecho. Dormimos abrazados como siempre hacemos. Y es ahora, en este preciso instante, que sé seguro lo que quiero para este nuevo curso. Ahora ya duerme, así que mañana cuando nos despertemos le diré que quiero que vivamos juntos. Que no necesito más tiempo para pensarlo.
Entre sus brazos no tengo pesadillas. Son como un escudo que no permiten que éstas lleguen hasta mí. Me siento protegida escuchando su corazón.
Por la mañana soy la primera en despertar y tal como hice ayer, le doy un beso para que también lo haga.
- ¿He dicho ya que me encantaría despertar así cada día?
- Bueno, entonces te gustara saber esto -digo sonriendo-. Ayer estuve pensando y me di cuenta de que ésto es lo que quiero. Quiero estar contigo. Así que no es necesario que espere hasta septiembre para decirte que quiero que vengas a vivir conmigo.
- ¿Enserio? -me mira con los ojos muy abiertos
- Claro
Se levanta de golpe, me coge en brazos y me hace girar por los aires.
Cogemos su coche y vamos a la residencia de su abuelo. Está bastante lejos, así que al llegar a la ciudad paramos en un pequeño restaurante para comer. Comemos entre risas y caricias.
Vamos a la residencia. Al entrar a la habitación del abuelo de Chase veo un hombre conectado a tres máquinas que tiene problemas para respirar. Mi novio me coge la mano y me lleva hasta el lado de la cama.
- Hola abuelo. Mira, esta es Maddie. Te hablé de ella, ¿lo recuerdas?
Le cuesta hablar, pero al final dice.
- Claro que me acuerdo, chico. Una chica como ella no es fácil de olvidar.
Le sonrío. Le pide a Chase si puede ir a buscar agua para poder tomarse la pastilla.
- Maddie, querida, escucha. A mi me queda muy poco tiempo. De aquí unos días estas máquinas no serán suficiente para mantenerme despierto. Solo quiero pedirte que cuides de Chase, no dejes que se hunda de nuevo. Lo conozco bien, y aunque me duela admitirlo, sé que se cerrará en él mismo de nuevo cuando me vaya. Prométeme que no lo dejarás por muy frío que sea.
- Se lo prometo, nunca podría dejarlo.
Me dedica una sonrisa antes de que Chase vuelva a entrar con el agua.
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Contigo a medianoche
RomanceMaddie necesita empezar a trabajar para ayudar a su madre. Por suerte encuentra un trabajo de niñera en casa de los populares y encantadores Parks. Toda su vida cambia cuando se topa con Chase, la oveja negra de la família. Él es enigmático y frío. ...